miércoles, 25 de mayo de 2011

LA NEUROBIOLOGÍA VUELVE A LLEVARSE EL PREMIO PRÍCIPE DE ASTURIAS DE INVESTIGACIÓN

Por segundo año consecutivo, el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica recae en el campo de la neurobiología. El jurado ha otorgado el premio al estadounidense Joseph Altman, el mexicano Arturo Álvarez-Buylla y el italiano Giacomo Rizzolatti por sus trabajos en aspectos muy distintos del sistema nervioso.
Al galardón de Investigación, está dotado con 50.000 euros y la escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, que se entregarán en otoño en Oviedo.
En la pasada edición, tres referentes de la neurobiología del dolor recibieron el galardón. La labor de David Julius, Linda Watkins y Baruch Minke fue distinguida por su contribución al control del dolor crónico.



ALTMAN

Durante un siglo debido a los trabajos de Ramón y Cajal, los biólogos teníamos muy claro que las neuronas de los mamíferos, al contrario que otras células del cuerpo, eran incapaces de regenerarse ( una vez que se formaban entraban en un período conocido como Go y nunca más se volvían a dividir ), por lo que una vez muertas o dañadas, no se podían sustituir.
Altman  (86 años), publicó sus hallazgos en la década de los 60, cuando era investigador independiente en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y, después, de la Universidad Purdue (EEUU). En sus estudios, describió la aparición de nuevas neuronas en varias regiones del cerebro.
A pesar de que sus investigaciones aparecieron en las revistas más prestigiosas, como 'Journal of Comparative Neurology', 'Science' y 'Nature', sus descubrimientos fueron completamente ignorados o descartados por no ser considerados importantes durante más de dos décadas.
Las ideas de Altman, demasiado revolucionarias para su tiempo, fueron más allá de la mera constatación de la existencia de neurogénesis en el cerebro adulto. En sus primeros estudios, incluso especuló con la idea de que este fenómeno de formación de nuevas neuronas podrían tener un papel crucial en la memoria y el aprendizaje, una hipótesis que varios trabajos modernos apoyan.


ALTMAN

 

GIACOMO RIZZOLATTI 


Es uno de los padres de las llamadas 'neuronas espejo. Este tipo de neuronas se activa cuando un individuo observa a otro sujeto realizar una acción. Son la clave de la empatía, ya que su papel es fundamental para entender los sentimientos del prójimo y comprender cuáles son sus intenciones en función de sus gestos.
Conocidas desde hace alrededor de 15 años, se consideran fundamentales para el estudio del comportamiento humano. Sin embargo, su descubrimiento fue una completa casualidad. A mediados de los 90, Rizzolatti trabajaba en su laboratorio de la Universidad de Parma (Italia) junto a Leonardo Fogassi y Vittorio Gallese, en un experimento con monos para estudiar el funcionamiento de las neuronas especializadas en el control de los movimientos de la mano.
Los macacos estaban monitorizados para estudiar su actividad cerebral; así, los investigadores podían comprobar qué áreas de su cerebro se 'encendían' cuando los animales realizaban algún movimiento. Lo que Rizzolatti y sus colegas comprobaron con asombro fue que determinadas neuronas también se activaban sin movimiento, simplemente con que los animales vieran a otros congéneres o incluso a los propios investigadores realizar una acción.
Rizzolatti ha trabajado principalmente como investigador y profesor de Fisiología Humana en la Universidad de Parma.

RIZZOLATTI

ARTURO ÁLVAREZ- BUYLLA
Dirige en la actualidad el Laboratorio de Neurogénesis de la Universidad de California de San Francisco. Sus descubrimientos han permitido conocer mejor cómo se forman, migran y se diferencian las neuronas en el cerebro joven y adulto; pero también ha dado la clave sobre la regeneración continua de las células cerebrales a lo largo de la vida, lo que abre la posibilidad a futuras terapias 'reparadoras'.
Pero además, Álvarez-Buylla también trabaja en otros terrenos cerebrales como la plasticidad del aprendizaje, las células madre adultas que permiten la regeneración del tejido o el origen de ciertos tumores que aparecen en el cerebro.
Sus trabajos abren la puerta a la posibilidad de que algún día puedan emplearse terapias celulares para el tratamiento de patologías neurológicas como el Alzheimer, la epilepsia o el Parkinson.
ARTURO ÁLVAREZ-BUYLLA

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