Investigadores de la Escuela Médica de la Universidad de Arizona han llegado a la conclusión de que la proteína kinasa M zeta, también conocida como PKMzeta y descubierta en 1993, es responsable de que, tras sufrir un golpe o una herida, el dolor y la sensibilidad se prolonguen en el tiempo. Los científicos ya sabían que cuando experimentamos dolor las neuronas que transportan las señales dolorosas desarrollan conexiones más fuertes, especialmente en la espina dorsal, y que algo parecido ocurre en el cerebro cuando aprendemos algo nuevo. Tras su investigación han llegado a la conclusión de que la PKMzeta interviene en ambos procesos.
El nuevo estudio, que se publica en la revista The Journal of Neuroscience, podría dar lugar a nuevos tratamientos para aliviar el dolor crónico y severo. La proteína PKMzeta podría estar relacionada también con el síndrome de estrés postraumático y con las adicciones.
En 2009, científicos de Nueva York ya demostraron que inyectando en el cerebro roedores ZIP, un inhibidor de la enzima PKMzeta, era posible borrar selectivamente recuerdos, por ejemplo asociados con experiencias desagradables y dolorosas.
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