Detectar la presencia de priones en la sangre antes de los primeros síntomas. Esta es la principal aplicación de un nuevo sensor óptico desarrollado por un equipo de científicos españoles y estadounidenses. El sistema, basado en una estructura cristalina de nanopartículas de oro, supone un avance en la detección precoz de enfermedades como la de las vacas locas o la de Creutzfeldt-Jakob en humanos. Los resultados del trabajo aparecen publicados en el último número de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Estados Unidos (PNAS).
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IMAGEN DE MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA DEL SUPERCRISTAL EMITIENDO VIBRACIONES SOBRE LOS PRIONES |
Los descubridores de este método han conseguido diseñar un supercristal capaz de actuar como una “nanoantena” y que identifica la “huella dactilar” de una molécula. El sensor detecta la presencia de hasta 10 priones (proteínas infecciosas que tienen alterada su estructura secundaria) por cada litro de sangre.
“El método consiste en sumergir este supercristal con el sensor óptico en una muestra de plasma o sangre centrifugada. El sensor, que genera un campo eléctrico extremadamente alto en la superficie del cristal, hace que la señal que rebota en los priones la obtengamos de forma ampliada. Así es fácil cuantificar su presencia”, explica el principal autor del estudio, Ramón Álvarez, que trabaja en una unidad asociada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Universidad de Vigo.
FUENTE : NYCT
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