Se ha descubierto que la vitamina D reduce los efectos del envejecimiento en los ojos de los ratones y mejora significativamente la visión en ratones viejos.
Los autores del hallazgo esperan que esto signifique que los suplementos de vitamina D pueden proporcionar una vía simple y eficaz para combatir en los seres humanos enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular.
En el fondo de los ojos de los mamíferos hay una capa de tejido que es la retina. Las células de la retina detectan la luz que entra en los ojos y luego envían mensajes al cerebro. De esa forma funciona nuestra visión. Ésta es una tarea exigente, y de hecho la retina necesita proporcionalmente más energía que cualquier otro tejido del cuerpo, por lo que requiere tener un buen suministro de sangre. Al envejecer, sin embargo, la alta demanda de energía conduce a la acumulación de partículas y aparece una inflamación progresiva incluso en individuos que, por lo demás, están sanos. En los seres humanos esto puede provocar que a los 70 años de edad la cantidad de células receptoras de luz de los ojos haya disminuido hasta un 30 por ciento, y se tenga por tanto una visión más pobre.
El equipo de Glen Jeffery, profesor en el Instituto de Oftalmología del University College de Londres, encontró que cuando se suministró vitamina D a ratones viejos durante apenas seis semanas, disminuyó la inflamación ocular que padecían, se eliminaron parcialmente las partículas, y las pruebas demostraron que su visión había mejorado.
La vitamina D ayuda a la absorción de calcio y fosfato de los alimentos, y es esencial en la formación de huesos y dientes. Una deficiencia de vitamina D puede tener malas consecuencias en el crecimiento de los huesos, causar raquitismo en los niños y osteoporosis en adultos.
Hay dos fuentes de generación de vitamina D. Una es a través de la piel, por inducción de los rayos ultravioleta. La otra, a partir de alimentos ricos en ella. Pero debido a que la dieta cotidiana de numerosas personas no suele ser, por lo general, muy abundante en dicha vitamina, entonces es importante recibirla tomando el Sol.
Los autores del hallazgo esperan que esto signifique que los suplementos de vitamina D pueden proporcionar una vía simple y eficaz para combatir en los seres humanos enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular.
En el fondo de los ojos de los mamíferos hay una capa de tejido que es la retina. Las células de la retina detectan la luz que entra en los ojos y luego envían mensajes al cerebro. De esa forma funciona nuestra visión. Ésta es una tarea exigente, y de hecho la retina necesita proporcionalmente más energía que cualquier otro tejido del cuerpo, por lo que requiere tener un buen suministro de sangre. Al envejecer, sin embargo, la alta demanda de energía conduce a la acumulación de partículas y aparece una inflamación progresiva incluso en individuos que, por lo demás, están sanos. En los seres humanos esto puede provocar que a los 70 años de edad la cantidad de células receptoras de luz de los ojos haya disminuido hasta un 30 por ciento, y se tenga por tanto una visión más pobre.
El equipo de Glen Jeffery, profesor en el Instituto de Oftalmología del University College de Londres, encontró que cuando se suministró vitamina D a ratones viejos durante apenas seis semanas, disminuyó la inflamación ocular que padecían, se eliminaron parcialmente las partículas, y las pruebas demostraron que su visión había mejorado.
La vitamina D ayuda a la absorción de calcio y fosfato de los alimentos, y es esencial en la formación de huesos y dientes. Una deficiencia de vitamina D puede tener malas consecuencias en el crecimiento de los huesos, causar raquitismo en los niños y osteoporosis en adultos.
Hay dos fuentes de generación de vitamina D. Una es a través de la piel, por inducción de los rayos ultravioleta. La otra, a partir de alimentos ricos en ella. Pero debido a que la dieta cotidiana de numerosas personas no suele ser, por lo general, muy abundante en dicha vitamina, entonces es importante recibirla tomando el Sol.
El vínculo entre la vitamina D y varias enfermedades relacionadas con la edad podría estar asociado a nuestra historia evolutiva, tal como argumenta el profesor Jeffery. Durante gran parte de la historia humana, nuestros ancestros vivieron en África, probablemente sin ropa, y por tanto estaban expuestos a una luz solar intensa durante todo el año. Esto habría provocado que se produjera una cantidad suficiente de vitamina D en su piel. Sólo en tiempos evolutivamente recientes, hubo humanos que se trasladaron a zonas menos soleadas del mundo y comenzaron a llevar ropa. Por tanto, puede que no estemos bien adaptados a una menor exposición al Sol. En segundo lugar, la esperanza de vida en los países desarrollados ha aumentado significativamente en los últimos siglos, así que la menor exposición a la vitamina D ahora se combina con una vida excepcionalmente larga, lo cual hace surgir problemas de salud que antaño la gente no experimentaba porque solía morirse antes.
Aunque se necesitará hacer ensayos clínicos en humanos antes de poder recomendarles a las personas mayores que tomen suplementos de Vitamina D, se sabe que en los países poco soleados y con dietas que hoy suelen ser pobres en vitamina D, hay bastante gente con niveles insuficientes de esta vitamina, lo que podría tener más repercusiones de lo temido sobre su salud.
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