El material genético que hasta no hace mucho tiempo era despectivamente mencionado en su conjunto como "ADN basura" porque parecía no servir para nada, ha resultado tener muchas funciones importantes. Un nuevo estudio le otorga una dimensión más a una parte de este material.
Las mutaciones en el ARN no codificante están asociadas con diversas enfermedades, tales como el autismo y el Mal de Alzheimer. El equipo del Dr. Noam Shomron, de la Facultad Sackler de Medicina en la Universidad de Tel Aviv, en Israel, ha descubierto ahora que cuando está infectado con un virus, el ARN no codificante emite señales biológicas que indican la presencia de un agente infeccioso, un patógeno.
Este hallazgo da a los científicos no sólo una visión más completa de las interacciones entre patógenos y el cuerpo, sino también una nueva vía para luchar contra las infecciones.
Las mutaciones en el ARN no codificante están asociadas con diversas enfermedades, tales como el autismo y el Mal de Alzheimer. El equipo del Dr. Noam Shomron, de la Facultad Sackler de Medicina en la Universidad de Tel Aviv, en Israel, ha descubierto ahora que cuando está infectado con un virus, el ARN no codificante emite señales biológicas que indican la presencia de un agente infeccioso, un patógeno.
Este hallazgo da a los científicos no sólo una visión más completa de las interacciones entre patógenos y el cuerpo, sino también una nueva vía para luchar contra las infecciones.
Los investigadores creen que si una molécula de ARN no codificante se manifiesta de modo significativo durante la infección de un patógeno particular, eso significa que el patógeno ha reclutado a este ARN no codificante para que le ayude a invadir al organismo atacado, que puede ser un humano. Los fármacos que detengan o ralenticen la proliferación de esas moléculas de ARN no codificante, ayudando así al cuerpo a luchar contra la infección, podrían ser una nueva y efectiva estrategia.
Este nuevo hallazgo permite a los investigadores desarrollar tratamientos que ataquen a un virus desde dos vías distintas a la vez, dirigidas a los materiales genéticos tanto codificantes como no codificantes. El Dr. Shomron sugiere que el ARN no codificante podría ser el "Talón de Aquiles" de los patógenos.
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