domingo, 2 de septiembre de 2012

MODIFICAN EL ALGA Chlamydomonas reinhardtii PARA LOGRAR UNA VACUNA CONTRA LA MALARIA

Se ha conseguido modificar cierta alga para que produzca candidatos potenciales para una vacuna que prevendría la transmisión del parásito que causa la malaria (o paludismo), un logro que podría sentar bases para el desarrollo de una estrategia eficaz y barata de proteger a millones de personas contra una de las enfermedades infecciosas graves más comunes en el mundo. Los experimentos iniciales de prueba de concepto sugieren que una vacuna derivada de esa alga sería capaz de impedir la transmisión de la malaria.
La malaria es una enfermedad transmitida por mosquitos, causada por la infección con protozoos parásitos del género Plasmodium. Afecta en el mundo a más de 225 millones de personas, por regla general en las regiones tropicales y subtropicales, y provoca, entre otros síntomas, fiebre, dolores de cabeza, y estados de coma y la muerte en casos graves. Aunque hay disponibles diversos medicamentos contra la malaria, si bien suelen ser caros, todavía no existe una vacuna que ofrezca un alto nivel de protección contra la enfermedad.
El uso de algas para producir proteínas que estimulen a los anticuerpos del sistema inmunitario del ratón a fin de que ataquen al Plasmodium falciparum y eviten la transmisión de la malaria es un avance logrado a partir de una inusual colaboración interdisciplinaria entre dos grupos de biólogos de centros de la Universidad de California en San Diego. Uno de los grupos es de la División de Ciencias Biológicas y del Centro para la Biotecnología de Algas, y sus miembros ya habían estado trabajando con algas para producir biocombustibles y diversos derivados. El otro grupo es del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes, dependiente de la Escuela de Medicina, que está trabajando en el desarrollo de nuevas vías para diagnosticar, prevenir y tratar la malaria.


Chlamydomonas reinhardtii

El equipo de Stephen Mayfield, James Gregory, Joseph Vinetz, Fengwu Li, Lauren Tomosada, Chesa Cox y Aaron Topol se ha valido de un alga verde comestible, la Chlamydomonas reinhardtii, usada ampliamente en laboratorios de investigación como modelo genético de organismo, de modo similar a como son usadas la mosca de la fruta (Drosophila) y la bacteria E. coli.
Gracias al alga, se logra movilizar anticuerpos que son capaces de reconocer a las proteínas nativas vinculadas a la malaria y que, dentro del mosquito portador, bloquean el desarrollo del parásito de la malaria de modo que el mosquito no puede transmitir la enfermedad.
Las pruebas realizadas hasta la fecha indican dos cosas: Las nuevas proteínas obtenidas de esa alga son candidatas viables para una vacuna, y además el costo de una vacuna de esta clase sería muy bajo.
Los próximos pasos en esta línea de investigación son ver si estas proteínas obtenidas a partir de algas protegen al Ser Humano contra la malaria, y luego determinar si es viable modificar las proteínas para obtener la misma respuesta de los anticuerpos ingiriendo dichas proteínas en vez de que deban ser inyectadas.

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