Los glóbulos rojos son las células sanguíneas de las que depende la
cantidad de oxígeno que reciben los tejidos corporales. Una nueva
investigación muestra cómo se producen y cómo el cuerpo ‘empaqueta’ la
hemoglobina, que es su principal componente.
A partir del
análisis del genoma de 135.367 personas, los autores identificaron 75
regiones genéticas que influyen directamente en la formación de los
glóbulos rojos y su contenido en hemoglobina. Según los expertos, no se
conocía la implicación de 43 de estas regiones –más de la mitad– en la
producción de hematíes.
"Estudiamos las implicaciones genéticas
que hay detrás de seis parámetros físicos de los glóbulos rojos, que
reflejan su número y volumen y los niveles de hemoglobina", explica John
Chambers, autor principal del estudio publicado en Nature e
investigador del Imperial College de Londres.
Posteriormente, el
equipo examinó detenidamente esas 75 demarcaciones genéticas y los más
de 3.000 genes responsables de la producción de proteínas que se
encuentran cerca de estas regiones. De esta lista, los científicos
dieron prioridad a 121 genes que para ellos eran candidatos a regular
rasgos de los glóbulos rojos.
Los autores analizaron además la
función de estos genes usando información de sistemas modelo, como los
datos generados para otros animales en las bases de datos públicas.
"Nuestro
trabajo muestra cómo la mosca de la fruta y los ratones pueden
utilizarse para proporcionar información sobre la genética humana",
comenta Willem Ouwehand, otro de los autores, que trabaja en la
Universidad de Cambridge (Reino Unido). "Hemos encontrado que 29 de los
121 genes candidatos están vinculados a la formación de glóbulos rojos
en ratones”.
Los expertos ya sabían que, cuando la función de
estos genes se apaga, con frecuencia los ratones sufren una disminución
del número de glóbulos rojos y anemia. “Estas observaciones formuladas
en los ratones hacen altamente probable que los genes candidatos
restantes, sobre los que no hay conocimiento aún, sean también
importantes reguladores de la formación de glóbulos rojos en las
personas", afirma Ouwehand.
"Aunque se requieren más estudios,
nuestro trabajo abre la puerta a futuras investigaciones sobre la
generación en el laboratorio de glóbulos rojos para uso clínico y
también proporciona ideas para optimizar el tratamiento de pacientes con
anemias hereditarias", concluye Nicole Soranzo, científico del
Instituto Wellcome Trust Sanger, también en Reino Unido, que es otro de
los autores.
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