El ultrasonido doppler es muy utilizada para diagnosticar coágulos de sangre en mujeres
embarazadas pero cuya seguridad, sin embargo, no se había estudiado en
este grupo de población, sino en mujeres no gestantes. Ahora un estudio, publicado en el 'Canadian Medical Association Journal' confirma su seguridad en las futuras madres.
"No es un problema raro en las embarazadas y, depende de cómo
evolucione, los coágulos de sangre en los miembros inferiores pueden
causar problemas, como trombos o tromboflebitis", explica José Manuel
Bajo Arenas, ginecólogo del Hospital Santa Cristina de Madrid.
De hecho, la enfermedad tromboembólica venosa (ETEV), representada
por la trombosis venosa profunda (TVP) y el embolismo pulmonar (EP), es
la principal causa de mortalidad materna asociada al embarazo, como se explica en un libro editado por la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, 'La trombosis en el embarazo y el parto'.
En este manual ya se recoge al ultrasonido doppler como el método indicado para detectar los coágulos
que preceden a este problema. "Llevamos años utilizándolos", confirma
Bajo Arenas quien, no obstante, añade que ninguna prueba tiene una
sensibilidad al 100%. La prueba también se utiliza en mujeres que ya han
dado a luz.
Pero lo más importante de este estudio es la detección de trombosis venosa profunda.
"La realización de ultrasonografías seriadas [durante siete días] con
la técnica Doppler en la vena iliaca excluye el diagnóstico de trombosis
venosa profunda en mujeres embarazadas sintomáticas", afirman los
autores en el estudio.
El estudio es especialmente importante por ser el primero que se
lleva a cabo en este grupo específico de pacientes. "Espero que cambie
la práctica clínica. Los médicos sabrán a partir de ahora dónde y cómo han de buscar los coágulos
y se centraran en el uso específico de los ultrasonidos en las mujeres
embarazadas, distinto al que se practica en las que no están esperando a
un niño", explica por correo electrónico el autor principal, Wee-Shian.
Chan considera, sin embargo, que queda más trabajo por hacer. "Se
necesitan llevar a cabo más estudios porque sabemos, por este trabajo,
que hemos de hacer 10 ultrasonidos para detectar un coágulo;
podemos generalizar este procedimiento, reduciendo costes y evitando
test innecesarios, usando otras herramientas, como análisis de sangre y
fórmulas de prevención que, con o sin ultrasonidos, identificarían de
forma más eficiente a las mujeres con coágulos", añade.
Los coágulos de sangre sólo afectan a una de cada 1.000 embarazadas.
Sin embargo, esta cifra supone una multiplicación por 10 del riesgo que
tiene una mujer no gestante, según señala el investigador del hospital
canadiense BC Women's and Health Centre.
Bajo Arenas añade por su parte que no se trata de una dolencia
asintomática, ya que se puede sospechar de ella por síntomas muy
frecuentes en las mujeres embarazadas, como la hinchazón de piernas o el dolor en las mismas. "Lo normal es que no sea nada, pero puede evolucionar mal y llegar a provocar hasta una embolia pulmonar", concluye.
FUENTE: EL MUNDO
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