viernes, 16 de mayo de 2014

REEMPLAZAR LA FRUCTOSA POR GLUCOSA NO DISMINUYE EL RIESGO DE SOBREPESO


Después de años durante los cuales la fructosa ha sido demonizada como una causa importante de obesidad, ahora parece que su papel no es tan importante como se creía, y que reemplazar fructosa por glucosa, como a menudo se ha venido recomendando, no mitiga el riesgo de sobrepeso.
Así se ha determinado en un estudio llevado a cabo por el equipo del Dr. John Sievenpiper, del Hospital St. Michael, en Toronto, Canadá. Estos expertos han comprobado que no hay beneficios en el reemplazo de la fructosa por glucosa en alimentos preparados industrialmente. Esto, por supuesto, no significa que un consumo excesivo de fructosa, glucosa u otros productos comparables no vaya a conducir a un aumento de peso o a otros problemas de salud.
Utilizando datos de ensayos clínicos realizados en el marco de investigaciones previas, el Dr. Sievenpiper y su equipo compararon los efectos de la fructosa y los de la glucosa en referencia a distintos factores de riesgo para la salud. En el estudio se encontró que el consumo de fructosa puede incrementar el colesterol total y los triglicéridos postprandiales, un tipo de grasa presente en la sangre. Sin embargo, la fructosa no parece afectar más de lo que hace la glucosa a la producción de insulina, ni a los valores de otras grasas en la sangre, ni a indicadores de la enfermedad de hígado graso.
De hecho, la fructosa mostró beneficios potenciales mayores que los de la glucosa en algunas categorías de factores de riesgo importantes.
El Dr. Sievenpiper atribuye las conclusiones de estudios anteriores que apuntaban a que la fructosa era la principal causa de la obesidad, al hecho de que la fructosa es metabolizada de modo diferente a como se metaboliza la glucosa. "A igualdad de condiciones en cuanto a cantidad de calorías, encontramos que la fructosa puede en realidad ser mejor que la glucosa para ayudar a mantener valores aceptables de peso corporal, presión arterial y control de la glucemia", dictamina el Dr. Sievenpiper, quien alerta, sin embargo, sobre los riesgos del consumo excesivo. Es ese consumo por encima de lo recomendable, y no el tipo concreto de azúcar que se consuma, lo que entraña un riesgo significativo de aumentar de peso por encima de lo saludable.





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