Tras el periodo de estudio, la inflamación de las articulaciones de
los ratones alimentados con aceite de oliva virgen extra había
disminuido considerablemente frente a los que no lo habían consumido.
“En este estudio observamos tanto a nivel macroscópico como a nivel
tisular cómo el aceite de oliva virgen extra, que se caracteriza por su
alto contenido en polifenoles, fue capaz de disminuir una serie de
mediadores y parámetros bioquímicos implicados en los procesos
inflamatorios”, explica Mª Ángeles Rosillo, autora principal del
trabajo.
Estudios previos señalan que la incidencia de esta enfermedad
articular es menor en los países mediterráneos, por ello, estas
investigadoras quieren ahora dar un paso más y extrapolar estos
resultados a ensayos clínicos en colaboración con el Hospital
Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
“El consumo de aceite de oliva virgen extra previene el desarrollo de
la artritis reumatoide experimental. El descubrimiento de esta acción
beneficiosa del aceite de oliva virgen extra refuerza la hipótesis de
utilizarlo como estrategia preventiva y terapéutica en el tratamiento de
esta patología articular pudiendo reducir la aparición de efectos
adversos que acompañan a la farmacoterapia clásica”, afirma la
investigadora.
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