Las personas que han llevado algún tratamiento para atender
enfermedades cardiovasculares tienen menos probabilidades de desarrollar
demencia al llegar a la adultez mayor. Así lo descubrieron científicos
del campo de la salud mental de la Universidad de Costa Rica (UCR). La
investigación abarca siete años de trabajo de la Clínica de la Memoria
del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.
El estudio
revela factores de protección, como el cuido de la salud cardiovascular
mencionado. Además, revela factores de riesgo que aumentan la
probabilidad de padecer la demencia senil.
El factor de riesgo
más fuerte es el haber padecido enfermedades de transmisión sexual. Esto
aumenta en dos y media veces la posibilidad de desarrollar algún tipo
de demencia.
Bajo el término “demencia” se aglutinan varios tipos
de demencia que se caracterizan por la pérdida progresiva de las
funciones cognitivas, como la memoria, la atención, la toma de
decisiones, el juicio, el pensamiento, el razonamiento, la orientación
espacial, el cálculo y el lenguaje. Esto provoca incapacidad para
realizar las actividades de la vida diaria.
Es causada por daños
cerebrales de las células del sistema nervioso central, llamadas
neuronas. El daño en estas neuronas puede ser degenerativo por el avance
de la edad, como la demencia tipo Alzheimer; o bien por insuficiencia
de abastecimiento de oxígeno y glucosa al cerebro debido a mala
irrigación y arterioesclerosis de los vasos cerebrales, como es el caso
de la demencia vascular.
El
cerebro pesa solo 1.300 gramos y representa solo el 2% del peso
corporal, pero consume un 20% de todo el oxígeno y de la glucosa que
transporta la sangre. Las neuronas requieren gran aporte de oxígeno para
quemar glucosa y generar energía, ya que son muy activas. Por lo tanto,
son las células que menos toleran la falta de sangre y la carencia de
oxígeno.
El hecho de que el tratamiento para mejorar la salud
cardiovascular previene la demencia senil, puede estar asociado con que
una mayor atención hacia la salud en general, mejora en el estilo de
vida, lo cual posibilita un cerebro más sano en edades avanzadas.
El estudio determinó que el principal tipo de demencia que se
presenta en nuestro país es tipo Alzheimer y en el segundo lugar se
encuentran las cardiovasculares. Además revela datos sobre la situación
en Costa Rica en materia del deterioro cognitivo leve, así como del
estado previo o intermedio entre la persona sana y aquella que presenta
algún tipo de demencia.
Una de las deducciones más importantes es
que, aunque la demencia es frecuente en edades avanzadas de la vida, no
es del todo inevitable. Por el contrario, sí es posible envejecer sin
demencia.
Los resultados consideran adultos mayores provenientes
de toda la población costarricense, pero debido a que la muestra
estudiada proviene de la consulta del Hospital Nacional de Geriatría y
Gerontología, ellos son especialmente válidos para personas de clase
baja y media.
Esta es la investigación más completa que se ha
realizado en el país sobre demencias. Abarcó una muestra de 3.300
pacientes de 60 a 98 años de edad, que han consultado por con algún mal
funcionamiento de la mente o la memoria durante los últimos siete años
en el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.
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