martes, 10 de junio de 2014

DESCUBREN LA POSIBLE CAUSA DE LA ENFERMEDAD DE KAWASAKI


La causa más probable de la Enfermedad de Kawasaki en Japón es un agente transportado por el viento y que proviene de una fuente en el noroeste de China, según ha anunciado un equipo de científicos de Estados Unidos, España y Japón que ha estudiado a fondo las circunstancias en las que se han producido los casos de esta dolencia cardiaca infantil que puede dañar de forma permanente las arterias coronarias.
La enfermedad de Kawasaki es difícil de diagnosticar y, sin tratamiento, provoca que el 25 por ciento de los niños con la afección desarrollen aneurismas arteriales coronarios (bultos con forma de globo de los vasos del corazón) que podrían acabar resultando en ataques al corazón, insuficiencia cardiaca congestiva o muerte súbita. Los porcentajes de frecuencia del Mal de Kawasaki están aumentando entre la población infantil en Asia, y también en Estados Unidos y en Europa Occidental. Algunos modelos predictivos estiman que hacia 2020 uno de cada 1.600 adultos en EE.UU. estará afectado por la enfermedad.
La enfermedad fue descrita por primera vez en Japón en 1967, y bautizada en reconocimiento a su descubridor, el Dr. Tomisaku Kawasaki. Sin embargo, su causa no pudo ser hallada pese a medio siglo de investigaciones. Ahora, parece que por fin hay una respuesta convincente.
La Dra. Jane C. Burns, directora del Centro de Investigación de la Enfermedad de Kawasaki, dependiente de la Universidad de California en la ciudad estadounidense de San Diego, reunió a científicos en un equipo internacional para intentar descifrar el claro carácter estacional (su incidencia varía con la estación del año) de esta devastadora enfermedad infantil.
Dándose cuenta de que los brotes en Japón de la Enfermedad de Kawasaki coinciden con ciertos patrones de vientos procedentes de Asia, el científico climático Xavier Rodó y sus colegas del IC3 (Institut Català de Ciències del Clima, o Instituto Catalán de Ciencias del Clima) en Barcelona, y en el ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats, o Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados) también en Barcelona, utilizaron modelos de ordenador para simular las corrientes de aire y el transporte aéreo de partículas durante todos los días desde 1977 que experimentaron un alto número de casos de la enfermedad en Japón, basándose en datos recopilados por Yoshikazu Nakamura y Ritei Uehara en la Universidad Médica Jichi en Japón. El modelado indicó que los casos de la enfermedad en muchos de los lugares japoneses, tanto dentro como fuera de los años de epidemia, alcanzaron su máximo sólo cuando los vientos se originaron en una región densamente cultivada en el noroeste de China, caracterizada por extensas tierras dedicadas al cultivo de cereales.En 2011, los investigadores de Barcelona equiparon un avión en Japón con un innovador dispositivo de filtrado de aire de gran volumen para recoger muestras de aerosoles. 
Con la ayuda de Hiroshi Tanimoto y colegas del Instituto Nacional de Ciencia Medioambiental en Tsukuba, Japón, el avión tomó muestras a altitudes situadas entre los 2 y los 3 kilómetros sobre Japón para evitar los contaminantes de la superficie, y en días pertenecientes a la temporada típica de la enfermedad, cuando las corrientes de aire se originaban sólo en el noroeste de China. Los análisis detallados del microbioma de las muestras realizados por Brent Williams e Ian Lipkin, de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, identificaron a hongos Candida como los predominantes en el aire, un hallazgo que no había sido anteriormente realizado a partir de otras campañas de recogida de muestras de aerosoles en otras regiones del globo. Candida es un género de levaduras (hongos unicelulares) y la causa más habitual de diversas infecciones humanas por hongos.La conclusión a la que han llegado los investigadores es que la causa más probable de la enfermedad de Kawasaki en Japón es una toxina procedente del noroeste de China, posiblemente relacionada con hongos Candida, que han sido relacionados con una vasculitis de 

 arterias coronarias, parecida a la del Mal de Kawasaki, en modelos de ratón.







Los hallazgos clave, tal como destaca Burns, son:

-Los patrones de viento predominantes asociados con casos de la enfermedad en Japón pueden rastrearse hasta el noroeste de China, donde se encuentra la principal región productora de cereales del país.

-La dolencia tiene un tiempo de incubación corto (menos de 24 horas entre la exposición y el inicio de la fiebre), lo que sugiere que la causa no es un organismo infeccioso tradicional, sino más probablemente una toxina, quizá fúngica en origen, que desencadena rápidamente una respuesta inmunitaria en los anfitriones, niños genéticamente susceptibles.

-Al tomar muestras aéreas en Japón durante la temporada invernal de la enfermedad se encontraron inesperadamente altos niveles de hongos Candida dentro del rico microbioma de los vientos troposféricos.

En palabras de Burns, la situación es digna de un caso investigable por Sherlock Holmes. Los datos sugieren que se está haciendo algo nuevo (desde la Segunda Guerra Mundial) en el noroeste de China, probablemente relacionado con la agricultura intensiva. ¿Podría tratarse de la quema de combustible de biomasa durante el invierno, transportándose el agente en la ceniza aerosolizada hacia Japón? ¿Podría haberse iniciado alguna práctica agrícola o cultivo o actividad nuevos a partir de los años 60, cuando empezó a aparecer por primera vez la enfermedad en Japón? ¿Podría ser que un tipo de partícula aerosolizada sea alterada químicamente convirtiéndose en patogénica a medida que viaja a través de las nubes de camino a Japón?
Tal como apunta Burns, el creciente número de casos de la enfermedad en el mundo, especialmente en las Filipinas y la India, podría implicar al mismo agente procedente de otras regiones de origen.





No hay comentarios:

Publicar un comentario