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En Tanzania, donde la enfermedad hace estragos, los especialistas hallaron a un grupo de niños que son inmunes a la malaria. "Las pruebas revelaron que su sistema inmune produce un anticuerpo que ataca al parásito que causa la malaria", explicó Rebecca Morelle, periodista de salud de la BBC. "Atrapa los pequeños organismos de los glóbulos rojos, evitando que se extiendan por todo el cuerpo", agregó. El equipo de investigación descubrió que tras inyectar una forma de este anticuerpo a ratones, protegía a estos animales de la malaria. El profesor Jake Kurtis, director del Centro para la Investigación de Salud Internacional del hospital de la escuela de medicina Brown, dijo que "existe evidencias bastante completas de que este es un candidato de vacuna de buena fe". "No obstante, es un parásito increíblemente difícil de atacar. Ha tenido millones de años de evolución para adaptarse a nuestras respuestas inmunes, es realmente un enemigo fantástico". Para esta investigación, los especialistas estudiaron desde su nacimiento a 1.000 niños en Tanzania. Un pequeño grupo -aproximadamente el 6%- resultó ser naturalmente resistente a la malaria, a pesar de vivir en una zona con un alto índice de infección. "Hay unos individuos que son resistentes y otros que no", explicó Kurtis. "Nos preguntamos cuáles serían los anticuerpos específicos presentes en los niños resistentes que no estaban en los susceptibles". Y descubrieron que un anticuerpo producido por los niños inmunes ataca al parásito de la malaria en una etapa clave de su ciclo de vida: atrapa a los microrganismos en la sangre, antes de propagarse por todo el cuerpo. Morelle informó que las pruebas realizadas en un pequeño grupo de ratones indican que este anticuerpo puede actuar como una posible vacuna. "El índice de supervivencia era el doble si los ratones estaban vacunados, comparado con lo que no, y el número de parásitos en la sangre era cuatro veces menor en los animales vacunados", contó Kurtis. Si bien científicos califican este estudio como 'alentador', consideran que se necesitan hacer pruebas en primates y humanos para evaluar en profundidad la vacuna. La periodista de salud explica que este trabajo es una de las muchas posibilidades que se están explorando para encontrar una vacuna efectiva contra esta enfermedad. La Organización Mundial de la Salud estima que en 2012 más de 660.000 personas murieron a causa de esta enfermedad. El 90% de esas muertes ocurrió en el África subsahariana. |
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