La obesidad abdominal duplica el riesgo de sufrir un episodio de muerte súbita. Lo asegura un trabajo publicado en «Heart», que muestra que las personas con obesidad abdominal son más propensas a sufrir una parada cardiaca inesperada.
Este tipo de obesidad viene marcado por el índice cintura/cadera (ICC),
que resulta de dividir el perímetro de la cintura de una persona por el
perímetro de su cadera. Se considera obesidad abdominal cuando este
valor es superior a 0,8 en mujeres y a 0,95 en hombres.
De los 14.941 participantes que incluyó el estudio y que
fueron sometidos a diversos chequeos médicos durante 12 años de
seguimiento, se produjeron 253 episodios de muerte súbita, el 80% de los
cuales se dieron entre aquellos que tenían un ICC elevado.
«La obesidad abdominal es un índice de grasa visceral, y
esta grasa está asociada a mayores alteraciones metabólicas en forma de
intolerancia a la glucosa, disminución de la sensibilidad a la insulina,
alteración del perfil lipídico así como una mayor influencia en los
procesos inflamatorios que la grasa acumulada el otras áreas, lo que
lleva a un aumento del riesgo cardiovascular», explica Ángel Moya, de la
Sociedad Española de Cardiología.
El estudio también concluye que la obesidad abdominal tiene mayor influencia en la enfermedad cardiovascular, y en otras muchas enfermedades, que la obesidad general, por lo que recomiendan el cálculo del ICC frente al índice de masa corporal (IMC) y al perímetro de la cintura. «En concreto, el estudio muestra que con un índice de masa corporal elevado, el sujeto aumenta en un 34% el riesgo de muerte súbita, frente al 49% del perímetro de la cintura o al 100% del índice cintura/cadera. Queda claro entonces que la presencia de grasa en la zona central del cuerpo es mucho más relevante que en otras partes del organismo, por lo que es recomendable utilizar este índice en el cálculo del riesgo de nuestros pacientes», explica Moya.
El estudio también concluye que la obesidad abdominal tiene mayor influencia en la enfermedad cardiovascular, y en otras muchas enfermedades, que la obesidad general, por lo que recomiendan el cálculo del ICC frente al índice de masa corporal (IMC) y al perímetro de la cintura. «En concreto, el estudio muestra que con un índice de masa corporal elevado, el sujeto aumenta en un 34% el riesgo de muerte súbita, frente al 49% del perímetro de la cintura o al 100% del índice cintura/cadera. Queda claro entonces que la presencia de grasa en la zona central del cuerpo es mucho más relevante que en otras partes del organismo, por lo que es recomendable utilizar este índice en el cálculo del riesgo de nuestros pacientes», explica Moya.
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