Un equipo científico compuesto por investigadores de la Universidad
de Córdoba en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica
(IMIBIC) y del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, en España,
ha desarrollado un método analítico que pretende utilizar el sudor como
marcador de diversas patologías. Para conseguirlo, el nuevo sistema se
fija en los aminoácidos presentes en el sudor y valora las posibles
alteraciones que producen en ellos enfermedades del riñón o el hígado,
neuropatías o la dieta.
El grupo de investigación que dirige la catedrática Dolores Luque de Castro, del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba, trabaja en alternativas no invasivas a los análisis convencionales de sangre. Concretamente, el equipo se ha fijado en el sudor y en el condensado del aliento del paciente para diseñar nuevos métodos analíticos que sirvan al desarrollo de aplicaciones clínicas.
El equipo de investigación ya ha caracterizado y analizado el sudor para establecer su composición. A raíz de este trabajo, se observó su utilidad para desarrollar una herramienta de cribado en cáncer de pulmón. Esta herramienta está en proceso de validación en un proceso que puede llevar varios años. Al analizar la composición, el grupo de investigación observó que se podía analizar en el sudor el perfil completo de aminoácidos, proteínas que juegan un papel esencial en diferentes procesos metabólicos en los seres vivos. La alteración de su expresión está vinculada a la presencia de dolencias en el riñón o el hígado, por ejemplo. Un artículo publicado recientemente en la revista científica Talanta presenta cuáles de estos aminoácidos pueden servir de biomarcadores en diferentes dolencias y el método analítico empleado.
“El trabajo tiene aplicabilidad tanto para la medicina forense como para el desarrollo de aplicaciones clínicas”, explica Luque de Castro. Actualmente, el equipo sigue muestreando pacientes, ya que “es difícil localizar individuos en primeras fases de las enfermedades que permitan validar los métodos analíticos desarrollados”. Además, estos resultados han despertado el interés de varias empresas. Entre ellas, la compañía estadounidense Eccrine Systems con quien se ha cerrado un acuerdo para el desarrollo de equipos de muestreo de sudor en el diagnóstico clínico. La empresa está especializada en la creación de sensores que, a través de la sudoración, aportan información sobre la salud o el rendimiento deportivo de los portadores.
El trabajo de cribado de cáncer de pulmón, que abrió esta línea de investigación, ha permitido que el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) solicite una patente nacional sobre esta herramienta de monitorización. La metodología puede servir para adelantar el diagnóstico de este tipo de tumores a estadios más tempranos. Actualmente, el cáncer de pulmón se detecta generalmente cuando se encuentra avanzado, lo que complica la supervivencia del paciente.
La perspectiva de que el sudor servía como indicador del cáncer de pulmón ya se publicó en Lancet en 1989. Entonces, se observó que perros adiestrados tenían la capacidad de discriminar entre muestras de pacientes con esta enfermedad y otras que eran neutras. Los animales, no obstante, no son herramientas cien por cien fiables, porque pueden sobrevenirles enfermedades u otras circunstancias que alteren su olfato. La búsqueda de un método analítico con bases químicas es una alternativa más fiable.
El grupo de investigación que dirige la catedrática Dolores Luque de Castro, del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba, trabaja en alternativas no invasivas a los análisis convencionales de sangre. Concretamente, el equipo se ha fijado en el sudor y en el condensado del aliento del paciente para diseñar nuevos métodos analíticos que sirvan al desarrollo de aplicaciones clínicas.
El equipo de investigación ya ha caracterizado y analizado el sudor para establecer su composición. A raíz de este trabajo, se observó su utilidad para desarrollar una herramienta de cribado en cáncer de pulmón. Esta herramienta está en proceso de validación en un proceso que puede llevar varios años. Al analizar la composición, el grupo de investigación observó que se podía analizar en el sudor el perfil completo de aminoácidos, proteínas que juegan un papel esencial en diferentes procesos metabólicos en los seres vivos. La alteración de su expresión está vinculada a la presencia de dolencias en el riñón o el hígado, por ejemplo. Un artículo publicado recientemente en la revista científica Talanta presenta cuáles de estos aminoácidos pueden servir de biomarcadores en diferentes dolencias y el método analítico empleado.
“El trabajo tiene aplicabilidad tanto para la medicina forense como para el desarrollo de aplicaciones clínicas”, explica Luque de Castro. Actualmente, el equipo sigue muestreando pacientes, ya que “es difícil localizar individuos en primeras fases de las enfermedades que permitan validar los métodos analíticos desarrollados”. Además, estos resultados han despertado el interés de varias empresas. Entre ellas, la compañía estadounidense Eccrine Systems con quien se ha cerrado un acuerdo para el desarrollo de equipos de muestreo de sudor en el diagnóstico clínico. La empresa está especializada en la creación de sensores que, a través de la sudoración, aportan información sobre la salud o el rendimiento deportivo de los portadores.
El trabajo de cribado de cáncer de pulmón, que abrió esta línea de investigación, ha permitido que el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) solicite una patente nacional sobre esta herramienta de monitorización. La metodología puede servir para adelantar el diagnóstico de este tipo de tumores a estadios más tempranos. Actualmente, el cáncer de pulmón se detecta generalmente cuando se encuentra avanzado, lo que complica la supervivencia del paciente.
La perspectiva de que el sudor servía como indicador del cáncer de pulmón ya se publicó en Lancet en 1989. Entonces, se observó que perros adiestrados tenían la capacidad de discriminar entre muestras de pacientes con esta enfermedad y otras que eran neutras. Los animales, no obstante, no son herramientas cien por cien fiables, porque pueden sobrevenirles enfermedades u otras circunstancias que alteren su olfato. La búsqueda de un método analítico con bases químicas es una alternativa más fiable.
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