Una nueva investigación sugiere que una dieta baja en calorías y en hidratos de carbono, y alta en proteínas (mayormente procedentes de los productos lácteos), junto con la práctica diaria de ejercicio físico, tiene una influencia positiva significativa en la salud ósea de las mujeres jóvenes con sobrepeso u obesas.
Durante 16 semanas, tres grupos de mujeres premenopáusicas, con obesidad o sobrepeso, pero por lo demás, sanas, consumieron cantidades bajas, medias o altas de productos lácteos, junto con cantidades mayores o menores de proteínas y carbohidratos. Los niveles de calcio y de Vitamina D se dosificaron también de menor a mayor en los grupos, en combinación con los alimentos lácteos consumidos.
Las mujeres hacían ejercicio físico siete días por semana.
Durante 16 semanas, tres grupos de mujeres premenopáusicas, con obesidad o sobrepeso, pero por lo demás, sanas, consumieron cantidades bajas, medias o altas de productos lácteos, junto con cantidades mayores o menores de proteínas y carbohidratos. Los niveles de calcio y de Vitamina D se dosificaron también de menor a mayor en los grupos, en combinación con los alimentos lácteos consumidos.
Las mujeres hacían ejercicio físico siete días por semana.
Los resultados de este estudio, llevado a cabo por el equipo de Andrea Josse de la Universidad McMaster, en Canadá, indican que la proteína de origen lácteo es importante cuando se trata de evitar el riesgo de una acelerada pérdida de masa ósea durante el adelgazamiento, y que las mujeres jóvenes que intentan perder peso deberían consumir una dieta alta en proteínas de origen lácteo.
Mantener o incluso mejorar la salud ósea en las mujeres jóvenes, sobre todo en aquellas que tratan de perder peso, es importante para su salud general, y puede tener grandes repercusiones beneficiosas, como por ejemplo disminuir su riesgo futuro de padecer enfermedades como la osteoporosis.
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