Se ha dado un paso significativo en el camino hacia el desarrollo de biocombustibles avanzados que puedan sustituir a la gasolina, al gasóleo y al combustible para aviones a reacción, en lo que sería una alternativa ecológica, limpia y renovable.
Unos investigadores del Instituto Conjunto de Bioenergía de EE.UU. (JBEI por sus siglas en inglés) han obtenido mediante ingeniería genética las primeras cepas de bacteria Escherichia coli que pueden "digerir" la biomasa de la hierba de la especie Panicum virgatum, y sintetizar sus azúcares para obtener esos tres combustibles para el transporte. Es más, los microbios son capaces de hacer esto sin la ayuda de aditivos de enzimas.
Unos investigadores del Instituto Conjunto de Bioenergía de EE.UU. (JBEI por sus siglas en inglés) han obtenido mediante ingeniería genética las primeras cepas de bacteria Escherichia coli que pueden "digerir" la biomasa de la hierba de la especie Panicum virgatum, y sintetizar sus azúcares para obtener esos tres combustibles para el transporte. Es más, los microbios son capaces de hacer esto sin la ayuda de aditivos de enzimas.
Microfotografía de E. coli modificada genéticamente |
Este trabajo, a cargo del equipo de Jay Keasling, muestra que es factible recortar una de las partes más costosas del proceso de producción de biocombustibles: la adición de enzimas para despolimerizar la celulosa y la hemicelulosa dando lugar a azúcares fermentables.
Esto permitirá reducir los costos de producción de biocombustibles mediante la combinación de dos pasos (la despolimerización de la celulosa y la hemicelulosa en azúcares, y la fermentación de los azúcares en combustibles) en un solo paso.
Se considera que los biocombustibles avanzados producidos a partir de la biomasa lignocelulósica de los cultivos no alimenticios y de los residuos agrícolas, representan la mejor opción de combustibles líquidos renovables para vehículos. A diferencia del etanol, que en países como Estados Unidos es producido a partir de almidón de maíz, estos biocombustibles avanzados pueden sustituir a la gasolina de un modo más eficiente, y también se les puede utilizar en los motores y las infraestructuras actuales.
El desafío más grande en el camino hacia los biocombustibles avanzados es lograr un descenso en el costo de producción, de manera que sean económicamente competitivos. Por eso, el nuevo desarrollo constituye un avance decisivo, capaz de cambiar esa situación.
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