La vitamina D es fundamental a cualquier edad, pero su importancia para las personas mayores podría ser más grande de lo creído hasta ahora, a juzgar por los resultados de un estudio reciente.
En la investigación, realizada por el equipo de Denise Houston del Centro Médico Baptista de Wake Forest, en Winston-Salem, Carolina del Norte, Estados Unidos, se analizó la asociación entre la vitamina D y la aparición de limitaciones y discapacidad en la movilidad durante un estudio de seguimiento de seis años. Las limitaciones y la discapacidad en la movilidad se definieron en este contexto como cualquier dificultad o incapacidad para caminar varias manzanas o cuadras, o para subir por unas escaleras, respectivamente.
Las personas estudiadas fueron algo más de dos mil, blancas y de color, hombres y mujeres, con edades comprendidas entre los 70 y los 79 años.
Todas tenían en común, al principio del estudio, la inexistencia de dificultades para caminar 400 metros (un cuarto de milla), subir 10 escalones, o realizar actividades cotidianas básicas, y no padecían de enfermedad alguna que fuera potencialmente mortal. Al comienzo del estudio, los investigadores midieron los niveles de vitamina D en la sangre. Durante el seguimiento de seis años, se evaluó la aparición de limitaciones y discapacidad en la movilidad mediante visitas clínicas anuales que se alternaron con entrevistas telefónicas semestrales.
El equipo de investigación observó que los pacientes con niveles bajos de vitamina D tuvieron un riesgo un 30 por ciento mayor de limitaciones en la movilidad, y un riesgo de casi el doble para la discapacidad en la movilidad.
La vitamina D desempeña un papel importante en la función muscular, así que Houston cree que es plausible que niveles bajos de esta vitamina puedan provocar una disminución progresiva de la fuerza muscular y del rendimiento físico. La vitamina D también puede afectar indirectamente a la función física, ya que niveles bajos de vitamina D han sido asociados también con diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares y enfermedades pulmonares, dolencias todas ellas que frecuentemente son causas de deterioro de la función física.
Los humanos obtenemos vitamina D cuando ésta es producida de forma natural en la piel por la exposición al Sol, o también si consumimos alimentos que llevan vitamina D, o tomando suplementos de vitamina D.
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