Para eliminar los desechos de las células, ciertas
proteínas especializadas crean vesículas que sirven a modo de bolsas de
basura moleculares.
Estas bolsas transportan proteínas viejas o
dañadas desde la superficie de compartimentos celulares hasta plantas
internas de reciclaje en las que se degradan los desechos y se
reutilizan componentes.
Lo descubierto en un nuevo estudio puede
explicar cómo estas proteínas, del tipo conocido como ESCRT, crean
vesículas, un proceso que ha sido un misterio desde que fueron
descubiertas hace más de una década.
Si estas "bolsas de basura"
no pudieran realizar su trabajo, aparecerían muchas enfermedades,
incluyendo cáncer y dolencias neurodegenerativas.
El
equipo de Mike Henne, Nicholas Buchkovich y Scott Emr, del Instituto
Weill de Biología Celular y Molecular de la Universidad de Cornell, en
Ithaca, Nueva York, ha examinado a fondo una porción de maquinaria de la
ESCRT y ha observado a esta porción, un complejo conocido como
ESCRT-III, haciendo doblarse a las membranas celulares. Este proceso de
torsión es un paso fundamental que precede a la fase final de la
formación de las vesículas usadas como bolsas de basura.
Lo
descubierto en este estudio abre la puerta a futuras investigaciones del
laboratorio de Emr para explorar de modo detallado qué mecanismos
exactos intervienen en el paso final de la formación de vesículas, el
paso en el que se sella la "boca" de la bolsa vesicular.
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