Una investigación revela que los micronutrientes recibidos por la madre antes del embarazo ejercen un papel importante en el desarrollo del sistema inmunitario del bebé.
En el estudio, se ha comprobado que los bebés de mujeres que recibieron suplementos de micronutrientes (sustancias necesarias pero sólo en cantidades muy pequeñas, como por ejemplo hierro, yodo y vitamina A) antes de quedar embarazadas, tuvieron una distinta incidencia de la metilación en referencia al desarrollo del sistema inmunitario, comparado con los bebés de madres que no recibieron esos micronutrientes. La metilación es un proceso que modifica la expresión genética sin alterar la secuencia de ADN de un gen.
En el estudio, se ha comprobado que los bebés de mujeres que recibieron suplementos de micronutrientes (sustancias necesarias pero sólo en cantidades muy pequeñas, como por ejemplo hierro, yodo y vitamina A) antes de quedar embarazadas, tuvieron una distinta incidencia de la metilación en referencia al desarrollo del sistema inmunitario, comparado con los bebés de madres que no recibieron esos micronutrientes. La metilación es un proceso que modifica la expresión genética sin alterar la secuencia de ADN de un gen.
Todavía no se ha determinado el mecanismo exacto por el cual los micronutrientes ejercen una influencia que se manifiesta en cambios de la metilación, pero se sabe, por investigaciones previas, que los genes del sistema inmunitario experimentan esos cambios a medida que se desarrolla la función inmunitaria, especialmente poco después del nacimiento y en las primeras fases de la niñez.
Estos cambios son parte del desarrollo normal del sistema inmunitario cuando la nutrición ha sido la adecuada. Cuando no es ese el caso, pueden aparecer patrones de metilación distintos, alterando ello la actividad de genes clave y conduciendo a alteraciones nocivas potenciales en la eficacia del sistema inmunitario. El resultado final tiende a ser una menor capacidad del sistema inmunitario para combatir infecciones y por tanto una mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas.
La nueva investigación, a cargo del equipo de Nabeel Affara de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, se hizo sobre mujeres residentes en Gambia, antes y después de quedarse embarazadas. En esa nación africana existe una notable variación estacional en la disponibilidad de micronutrientes, alternándose una estación seca (cuando la cosecha se recoge y la comida es abundante) con una de lluvias (cuando hay menos alimentos disponibles y por tanto una nutrición más pobre). Se ha detectado que los nacidos en la estación de lluvias, de poca disponibilidad de alimentos, son más susceptibles a las infecciones.
El fenómeno puesto de manifiesto en este estudio atañe de manera notable a la salud pública en regiones del mundo donde es preocupante la seguridad alimentaria, ya que demuestra que los efectos sobre la descendencia de una nutrición insuficiente de la madre tienen un alcance mayor de lo que se ha venido creyendo hasta ahora.
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