Un trabajo de investigación que se inició en el Centro de neurociencias
Paris-Sur –centro mixto del Centro Nacional para la Investigación
Científica, la Universidad Jean Monnet Paris-Sur y la Universidad Saint-
Etienne– y realizado en la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón
(ESRF, en sus siglas en inglés) de Grenoble (Francia) ha concluido que
la rana Gardiner, endémica de las islas Seychelles y de apenas un
centímetro de largo, oye con la boca. Los resultados se publican en la
revista PNAS.La percepción del sonido es común en diferentes
especies y apareció durante el Triásico (hace entre 200 y 250.000.000
años). Algunos animales, como la mayoría de las ranas, no tienen oídos
externos como los humanos pero sí un sólo oído medio con tímpano,
ubicado directamente sobre la superficie de la cabeza.Las ondas
de sonido vibran alrededor del tímpano y es entonces cuando estas
vibraciones son enviadas a través de los huesecillos del oído interno
(osículos auditivos) y las células ciliadas las traducen en señales
eléctricas que se envían al cerebro.
Hasta el momento se
consideraba que no era posible detectar el sonido en el cerebro sin oído
medio, porque el 99,9% de la propagación de sonido en el aire se
refleja en la superficie de la piel.“Sabemos que estas especies
de ranas croan y, por lo tanto, se comunican entre sí pero que no tienen
oído medio ni tímpano. Esto es una contradicción aparente. Las ranas
Gardiner viven aisladas en la selva de las Seychelles, ya que estas
islas llevan separadas del continente desde hace entre 47 y 65 millones
de años. Si pueden oír es porque su sistema de audición se conservó de
las formas de vida que existieron en la época del supercontinente
Gondwana", explica Renaud Boistel, investigador principal del estudio.
ara demostrar que estas ranas utilizan el sonido para comunicarse entre sí y que podían oír, los científicos instalaron un altavoz en su hábitat natural y emitieron sonidos de otras ranas y comprobaron que respondían y emitían nuevas llamadas.
El siguiente paso fue identificar el mecanismo por el cual estas ranas aparentemente sordas oyen. Existían tres hipótesis: a través del pulmón, por conducción ósea o por la conexión del pectoral con el oído interno.
ara demostrar que estas ranas utilizan el sonido para comunicarse entre sí y que podían oír, los científicos instalaron un altavoz en su hábitat natural y emitieron sonidos de otras ranas y comprobaron que respondían y emitían nuevas llamadas.
El siguiente paso fue identificar el mecanismo por el cual estas ranas aparentemente sordas oyen. Existían tres hipótesis: a través del pulmón, por conducción ósea o por la conexión del pectoral con el oído interno.
"La
capacidad de un tejido biológico para trasladar el sonido depende de
sus propiedades biomecánicas. Con la técnica de imágenes de rayos X del
ESRF hemos establecido que ni el sistema pulmonar o de los músculos de
las ranas podrían contribuir significativamente a la transmisión del
sonido al oído interno”, explica Peter Cloetens, científico del ESRF que
participó en el estudio. "Estos animales son muy pequeños –añade– y
necesitábamos imágenes de rayos X del tejido blando y las piezas óseas
con resolución micrométrica para determinar qué partes del cuerpo
contribuyen a la propagación del sonido".
Con estas imágenes
examinaron la anatomía de la rana en detalle para ver qué partes de su
cuerpo podrían jugar el papel del oído medio. Los investigadores
realizaron simulaciones de cómo la cabeza de la rana respondió a las
ondas sonoras de la misma frecuencia que la llamada en tono alto de otra
rana.
"La combinación de una cavidad de la boca y la conducción
ósea permite a las ranas Gardiner percibir el sonido con eficacia sin el
uso de un oído medio con tímpano", asegura Renaud Boistel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario