Una nueva familia de antibióticos desarrollada por el equipo de César
de la Fuente-Núñez, del laboratorio Hancock de la Universidad de la
Columbia Británica, promete ser una ayuda importante en la lucha contra
las bacterias superresistentes. El trabajo que ha publicado Chemistry & Biology,
de Cell Press, se basa en atacar a las colonias de microorganismos.
Estos forman películas (biofilms en la terminología científica) que les
dan una especial resistencia. El grupo de péptidos (pequeñas proteínas)
desarrollados actúa contra uno de los compuestos que sirven para
confeccionar ese tejido.
“Las colonias bacterianas o biofilms, que son comunidades
multicelulares, se estima que causan el 65% de todas las infecciones en
humanos”, indica De la Fuente. “Y son hasta mil veces más
resistentes a antibióticos convencionales que las bacterias que llevan
un modo de vida solitario”, añade.
Parte de la eficacia de estos nuevos antibióticos está en su
estructura. En la naturaleza, las proteínas tienen una configuración que
polariza la luz hacia la izquierda (la forma L, de levógiras). Ya con
anterioridad el equipo del investigador había trabajado con prototipos de antibióticos
con esta configuración, pero se encontraron con un problema: es la
estructura para la que están preparados los mecanismos de limpieza del
organismo que destruyen las proteínas que sobran. Para evitar este
peligro, al menos temporalmente, lo que han desarrollado son moléculas
que son la imagen especular de las naturales (llamadas D o dextrógiras,
que polarizan la luz hacia la derecha). Este sutil cambio hace que las
proteasas (proteínas que rompen proteínas) que deberían destruirlas no
las puedan atacar tan fácilmente. Es como si una persona fuera
vulnerable a un robot que le identificara por llevar una pistola en la
mano derecha, y lo burlara pasándose el arma a la izquierda.
De la Fuente y su grupo han probado estos péptidos en cultivos y
modelos animales, y han comprobado que funcionan incluso en infecciones
por bacterias superresistentes. Otra de sus ventajas es que “potencian
la actividad de los antibióticos convencionales (que se prescriben en la
clínica) para deshacerse de estos biofilms”, indica. “Hay que tener en
cuenta que estos antibióticos por sí solos apenas afectan a los biofilms
y actualmente no hay terapias efectivas contra la formación o
erradicación de estas películas”. Para ello, basta con una pequeña
cantidad de los nuevos péptidos combinados con antibióticos
tradicionales. Ello aumenta sus posibilidades de actuación.
El desarrollo de De la Fuente-Núñez no es el único reciente para
luchar contra el problema de las bacterias resistentes a los
antibióticos. La semana pasada, un grupo de la Universidad de Utah publicó en PNAS,
la revista de la Academia Americana de Ciencias, otro esperanzador
trabajo. En este caso se basa en el descubrimiento de que el grupo hemo
(el núcleo de la hemoglobina, la molécula que se encarga de transportar
el oxígeno a las células) de muchas bacterias (las llamadas Gram
positivas) no era como los demás.
La idea que proponen los investigadores es aprovechar que para
conseguir un hemo diferente hace falta una ruta de síntesis distinta, lo
que ofrece una diana que permitiría destruir las bacterias —interrumpir
esos procesos específicos— sin afectar al resto de las células del
infectado.
Fuente: El País
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