Una investigación, en la que participan científicos del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), en España, ha desvelado la estructura de la cola del virus bacteriófago T7. El pasado año ya publicaron en la revista PNAS la estructura de una de las proteínas que permite a este virus anclarse sobre la superficie de las bacterias.
El actual trabajo, publicado en The Journal of Biological Chemistry, sugiere la presencia de similitudes entre la estructura de la cola de este virus y la cola de otros sistemas virales no relacionados con T7, lo que implicaría que existen vínculos evolutivos en la estructura y la función de todos los virus.
“Los bacteriófagos son virus que infectan a bacterias y desempeñan un papel muy importante en la biología molecular moderna, ya que son excelentes sistemas de estudio por su simplicidad genética y su complejidad funcional y estructural”, explica José L. Carrascosa, uno de los autores del nuevo artículo.
“La cola de los bacteriófagos de ADN bicatenario es un complejo macromolecular muy sofisticado, mediante el cual el virus selecciona la bacteria a la que va a infectar, se fija a ella y le inyecta su genoma para que empiece el proceso de infección”, continúa el experto.
La cola de T7 es un complejo formado por cuatro proteínas distintas, presentes en múltiples copias. La labor de los investigadores ha sido, mediante una combinación de técnicas de biología molecular y criomicroscopía electrónica, definir cuáles son esas proteínas, su localización exacta y el número de copias de cada una dentro del complejo.
“Para ello hemos clonado todas las proteínas de cola, las hemos expresado in vitro y hemos generado subcomplejos con diferentes combinaciones de proteínas. La comparación de estos subcomplejos con la cola extraída de los virus nativos ha permitido proponer este modelo de cola”, añade Ana Cuervo, primera autora del trabajo.
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