En una nueva investigación han sido identificadas unas vías moleculares
que son fundamentales en el desarrollo de la Enfermedad de Alzheimer de
Inicio Tardío, la forma más común de esta dolencia. Lo descubierto en
este estudio abre una nueva perspectiva para la investigación de dicha
enfermedad y señala varios nuevos blancos potenciales sobre los que
actuar con fármacos.
El trabajo es obra del equipo del Dr. Asa
Abeliovich, profesor de patología y biología celular, así como de
neurología, en el Instituto Taub de la Universidad de Columbia en la
ciudad de Nueva York.
Mucho de lo que se sabe sobre el Alzheimer proviene de estudios de laboratorio sobre formas raras de la
enfermedad, que aparecen en el paciente cuando aún es joven, y que a
menudo son hereditarias. Son menos los estudios de laboratorio hechos
directamente sobre la forma más común de la enfermedad, la que se inicia
a una edad relativamente avanzada del paciente.Tales estudios
sobre las formas raras deL Alzheimer han aportado pistas
importantes sobre el proceso subyacente en la enfermedad, pero no está
claro cómo esas formas raras y hereditarias del Mal de Alzheimer se
relacionan con la forma común de la enfermedad. Y lo que es más grave,
hay docenas de fármacos que han funcionado bien en modelos animales de
la variedad hereditaria, y en cambio han fracasado cuando se han probado
en pacientes con Mal de Alzheimer de Inicio Tardío. Esto ha movido a
muchos científicos, entre ellos los autores del nuevo estudio, a tratar
de descubrir mecanismos de la forma común de la enfermedad.
La
forma no hereditaria del Mal de Alzheimer es compleja. Se cree que es
causada por una combinación de factores de riesgo genéticos y
ambientales, cada uno con un efecto modesto individualmente.
En
el presente estudio, los investigadores identificaron vías moleculares
clave que conectan los factores de riesgo de tipo genético del Mal de
Alzheimer. El trabajo combinó análisis de biología celular con
herramientas de la biología de sistemas, que se basan en el análisis
computacional de la compleja red de cambios en la expresión genética
dentro del cerebro humano cuando el riesgo de desarrollar la enfermedad
de Alzheimer es alto.
Específicamente,
los investigadores comenzaron por dirigir su atención al factor
genético que, por sí solo, de entre todos los demás factores de riesgo
de desarrollar Mal de Alzheimer, es el que aporta la mayor tasa de
riesgo. Se llama APOE4 y está presente en cerca de un tercio de todos
los individuos. Las personas con una copia de esta variante genética
tienen un riesgo tres veces mayor de desarrollar el Mal de Alzheimer de
Inicio Tardío, mientras que los que poseen dos copias tienen un riesgo
diez veces mayor.
Sorprendentemente, incluso en ausencia del Mal
de Alzheimer, el tejido cerebral de los individuos con un riesgo alto
(los que llevan al APOE4 en sus genes) alberga ciertos cambios que
recuerdan a los que se ven cuando se desarrolla la enfermedad.
Los
investigadores identificaron una docena de posibles "reguladores" que
relacionan al APOE4 con la cascada de eventos destructivos que culmina
en la demencia propia del Mal de Alzheimer. Luego siguieron con análisis
de biología celular que revelaron que varios de estos reguladores están
involucrados en el procesamiento y en el tráfico de la proteína
precursora de amiloide (APP por sus siglas en inglés) dentro de las
neuronas. La APP permite que se forme la beta amiloide, la proteína que
se acumula en las células cerebrales de los pacientes con Mal de
Alzheimer.
En suma, la nueva investigación finalmente ha
conectado los puntos entre el APOE4, la patología de la enfermedad, y un
factor genético común que pone a los individuos en riesgo de contraer
el Mal de Alzheimer.
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