Una parte importante del aprendizaje humano viene de la mano de los
profesores. Muchas personas guardan en su memoria aquel maestro
particular que sigue presente en la forma de ver el mundo o a la hora de
utilizar las herramientas cotidianas. En este marco, los científicos
han estudiado exhaustivamente cómo aprenden las personas, pero poco se
sabe sobre el funcionamiento del cerebro de quien enseña.
Ahora, un estudio realizado por investigadores del departamento de
Psicología en el Royal Holloway de la Universidad de Londres (Reino
Unido) ha identificado la parte del cerebro que se activa cuando se
identifican los errores en las tareas que cometen los demás. Los autores
consideran que este descubrimiento puede ayudar a encontrar
herramientas que ayuden a optimizar la enseñanza entre profesores y
alumnos.
“El córtex del cíngulo anterior parece desempeñar un papel importante
en el cerebro de una persona que instruye a otra. Esta región cerebral
está involucrada en cómo las personas entienden el aprendizaje y la toma
de decisiones de los demás. Esto nos da pistas sobre las bases
biológicas de los comportamientos asociados a la enseñanza y cómo el
cerebro trabaja cuando interactuamos con otras personas” explica a Sinc
Matthew Apps, investigador de la universidad británica y autor principal
del artículo.
El trabajo, publicado en la revista Journal of Neuroscience,
consistió en una actividad realizada por voluntarios que desempeñaban
los papeles de profesores y alumnos. Mientras los alumnos jugaban en un
ordenador, los profesores, que estaban conectados a un escáner de imagen
computarizada, indicaban qué decisiones eran correctas y cuáles no.
De acuerdo con los resultados, la imagen cerebral reveló que el
córtex anterior cingulado señalaba si los estudiantes tomaban decisiones
incorrectas mientras jugaban. “Este descubrimiento muestra una parte
importante del proceso por el que el profesor entiende el aprendizaje de
su alumno, y esto es parte vital de la enseñanza”, asegura el
investigador.
Según Apps, el mayor problema de esta investigación es que no se ha
trabajado con verdaderos profesores. El científico reconoce que aún
están lejos de proporcionar herramientas útiles que ayuden a corto plazo
a mejorar el proceso de enseñanza, pero considera que su aportación es
"muy simple pero útil para investigaciones futuras que ayuden a entender
qué pasa en el cerebro cuando unas personas enseñan a otras".
"Desafortunadamente, el conocimiento actual acerca de los procesos
que ayudan a las personas a enseñar a otras es muy limitado. Hasta que
aprendamos más acerca de los procesos básicos que subyacen los
comportamientos asociados con la enseñanza, no seremos capaces de
ofrecer ayuda o trucos a los profesores", concluye Apps.
Los investigadores también han descubierto otras regiones del lóbulo
central del cerebro que desempeñan un papel importante cuando los
profesores piensan acerca de las predicciones de sus alumnos, o
simplemente mientras monitorizan si sus respuestas son correctas o no.
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