Las células madre masculinas son capaces de desarrollar glándulas
mamarias funcionales si son trasplantadas a un contexto femenino, según
demuestra una investigación del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC). Las mamas de las roedoras sometidas a dicho
trasplante son capaces de secretar leche, tal como aparece reflejado en
un artículo publicado en el último número de la revista The FASEB Journal.
El trabajo revela que, a diferencia de otros órganos, las células
madre mamarias no sólo aumentan durante la fase embrionaria del
desarrollo, sino que aumentan 20 veces durante la pubertad y otras tres
veces de forma transitoria durante el embarazo en hembras de ratón.
El investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC
José Alberto García-Sanz, que ha dirigido el trabajo, explica: “Los
resultados demuestran que es la hormona femenina estrógeno la que dirige
estos aumentos, ya que los machos sí mantienen el mismo número de
células madre mamarias una vez superada la fase embrionaria”.
Para comprobarlo, se extirparon los ovarios de las roedoras en
distintas etapas de supubertad. Aquellas que los perdieron justo al
inicio de esta fase presentan un nivel de células madre mamarias similar
al de un macho adulto. Esta cifra va en aumento a medida que la
ejecución de la ovariectomía se acerca a la fase de madurez sexual.
El porcentaje de células madre mamarias en una hembra ovariectomizada
a las tres semanas ronda el 10% respecto al de una hembra control,
mientras que cuando la intervención tiene lugar a la octava semana,
cerca de la madurez sexual, esta cifra es de casi el 60%.
Para el investigador del CSIC, el modelo de crecimiento de las
glándulas mamarias resulta “excepcional”. Según García-Sanz, “este
combina el modelo de mecanismo de control del tamaño de un órgano como
el páncreas, cuyo tamaño está directamente controlado por el número de
células madre, y es el que exhiben la glándula mamaria durante la mayor
parte de la vida del organismo; con el modelo de control del tamaño del
hígado, que siempre se desarrolla a pesar de que haya un número bajo de
células madre hepáticas, lo que en las glándulas mamarias se produce en
los momentos de aumento que ocurren en la pubertad y durante el
embarazo”.
Dado que las probabilidades de padecer cáncer de mama son 124 veces
inferiores en hombres que en mujeres, García-Sanz opina que la clave del
problema podría encontrarse aquí. “La gran pregunta es si esta
expansión de la población de células madre tiene que ver con el aumento
en la probabilidad de padecer esta dolencia”.
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