Un equipo de científicos que ha estado trabajando con el virus canino
PIV5 ha llegado a la conclusión de que es factible usarlo como vector
para todo tipo de patógenos contra los que es difícil vacunar. Estos
expertos han desarrollado con esta técnica una vacuna aparentemente
potente contra el virus H5N1 de la gripe aviar, y ya están trabajando en
posibles vacunas contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria o
paludismo.
Aunque inofensivo para los seres humanos, se cree que
el virus canino PIV5 conocido, entre otros nombres, como virus de la
parainfluenza canina, contribuye a infecciones respiratorias en los
perros.
Los resultados obtenidos hasta ahora por el equipo de
Biao He, profesor de enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina
Veterinaria de la Universidad de Georgia en , Estados Unidos,
hacen pensar que el citado virus canino podría ser la puerta hacia una
nueva revolución en el desarrollo de vacunas para proteger al Ser
Humano, permitiendo, entre otras cosas, defender a la humanidad contra
enfermedades que pese a décadas de investigación no ha sido posible
combatir con vacunas eficaces.
El PIV5 no causa enfermedad alguna
en los humanos, ya que nuestro sistema inmunitario es capaz de
reconocerlo y destruirlo. Al introducir antígenos de otros virus o
parásitos dentro del PIV5, éste se convierte en un vehículo efectivo
para exponer al sistema inmunitario humano a patógenos importantes,
permitiéndole crear anticuerpos que lo protejan contra infecciones
futuras.
Este
enfoque no sólo asegura la completa exposición a la vacuna, sino que
también es mucho más seguro porque no requiere el uso de agentes
patógenos atenuados o debilitados. Por ejemplo, una vacuna contra el VIH
mediada por PIV5 contendría sólo las partes del virus del VIH
necesarias para crear inmunidad, haciendo imposible contraer el SIDA por
culpa de la vacuna.
Utilizar virus como mecanismo de transporte
de vacunas no es una técnica nueva, pero los anteriores esfuerzos se han
topado con dificultades enormes. Si los individuos (humanos o animales)
ya poseen una fuerte inmunidad contra el virus utilizado como vehículo,
será improbable que la vacuna actúe, ya que será destruida por el
sistema inmunitario con demasiada rapidez.
La inmunidad
preexistente a ciertos virus es la principal razón por la que la mayoría
de estas vacunas fallan. Pero en este último estudio, Biao He y sus
colegas de equipo han demostrado que la inmunidad al PIV5 no limita su
eficacia como mecanismo transportador de la vacuna, pese a que muchos
animales, incluyendo al Ser Humano, ya llevan anticuerpos contra él.
En
sus experimentos, los investigadores encontraron que la inoculación de
una dosis única de PIV5 a ratones los protegió contra la cepa de
influenza causante de la gripe estacional. Otra vacuna experimental de
dosis única también protegió a los ratones contra el peligroso virus
H5N1, conocido como la gripe aviar.
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