Un año de tratamiento con nicotinamida, una forma de
vitamina B3, reduce el riesgo de cáncer de piel no melanoma en pacientes
de alto riesgo, según una investigación de la Universidad de Sydney (Australia) que se publica «New England Journal of Medicine». Los resultados son especialmente interesantes porque, tal y como explica Diona Damian, de la Universidad de Sydney y del Royal Prince Alfred Hospital
«es la primera evidencia clara de que podemos reducir los tumores de
piel usando una simple vitamina, además claro está de un comportamiento
sensato a la hora de exponernos al sol».
La nicotinamida es un suplemento de vitamina B3, también
conocido como niacinamida o amida del ácido nicotínico. Es seguro,
asequible y está disponible sin receta en la mayoría de los países,
incluido en España. Se suele utilizar, gracias a su acción
antiinflamatoria, en fórmulas destinadas al tratamiento del acné vulgar y
otras afecciones inflamatorias de la piel. Los resultados que ahora se
publican en «NEJM»
tienen el potencial de disminuir la carga de salud y el coste económico
de la de cáncer de piel, la forma común de cáncer en la mayoría de las
poblaciones de piel clara en todo el mundo, señalan los investigadores.
«Esperamos que los resultados –destaca Damian- se puedan traducir
inmediatamente a la práctica clínica». Sin embargo, reconoce, «las
personas con alto riesgo de cáncer de piel todavía necesitan seguir las
recomendaciones establecidas antes de exponerse al sol:, utilizar
protectores solares y tener chequeos regulares con su médico».
La principal causa de cáncer de piel no melanoma es la
exposición solar. A pesar de las campañas, la incidencia de cáncer de
piel sigue aumentando en todo el mundo. En Australia, país donde se ha llevado el trabajo, los cánceres de piel no melanoma afectan a más de la mitad de la población.
Es cuatro veces más común que el resto de los cánceres, y tiene un
coste anual superior a los 500$ millones (unos 440 millones de euros).
Los tipos más comunes de cáncer de piel no melanoma son el
carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas. Este
último puede metastatizar o diseminarse a los ganglios linfáticos y los
órganos internos, mientras que el primero rara vez lo hace, aunque puede
causar gran problema estético ya que se produce en la cara.
En este estudio se incluyeron a 386 participantes con
antecedentes de cáncer de piel, un factor que incrementa el riesgo de
padecer un nuevo tumor de la piel. En concreto, todo ellos habían tenido al menos dos tipos de cáncer de piel no melanoma en los últimos cinco años, por lo que se les consideró del alto riesgo.
Los pacientes se dividieron aleatoriamente en dos grupos:
nicotinamida o placebo diariamente durante 12 meses. Y los resultados
fueron muy claros: la vitamina B3 redujo la incidencia de nuevos casos
de cáncer de piel no melanoma en un 23% en relación con los controles de
placebo y la incidencia de las manchas solares precancerosas
(queratosis actínicas) en torno al 15%. Y su efecto fue para los dos
tipos de cáncer de piel: carcinoma de células basales y el carcinoma de
células escamosas.
Los autores del trabajo advierten que su estudio no fue
diseñado para analizar si la nicotinamida podría beneficiar a las
personas de la población general que no han tenido cáncer de piel o si
podría ser eficaz en la reducción de melanoma, por lo que hasta que no
se investigue, recomiendan que no se use en estos casos.
Después de más 10 años analizando los mecanismos de acción
de esta vitamina, los expertos creen que la nicotinamida mejora la
reparación del ADN en las células de la piel dañada por la luz solar. De
esta forma podría parece proteger
el sistema inmunológico de la piel ante la exposición a la radiación
ultravioleta al proporcionar a las células de la piel un refuerzo extra
de energía cuando están en ‘modo de reparación’ después de la exposición al sol.
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