Unos científicos han descubierto cómo se aferran las células
cancerosas a los vasos sanguíneos e invaden tejidos para formar nuevos
tumores, un hallazgo que podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos que
inhiban este proceso y prevengan que los cánceres entren en metástasis.
Las células cancerosas que circulan por el torrente sanguíneo pueden
aferrarse a las paredes de los vasos y construir diminutos “puentes” a
través de los cuales inyectan material genético que transforma las
células endoteliales que los recubren, haciéndolas más hospitalarias
para ellas, según el nuevo estudio.
El equipo de Elazer Edelman, del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, también ha comprobado
que es factible reducir grandemente la metástasis en ratones inhibiendo
la formación de estos nanopuentes.
Las células endoteliales recubren cada vaso sanguíneo y son las
primeras células en contacto con cualquier elemento procedente de la
sangre. Sirven como vía de entrada y de salida a los tumores y han sido
el foco de una intensa investigación en la biología vascular y del
cáncer. Los nuevos hallazgos atañen a estos dos campos y ofrecen mejores
perspectivas para el control del cáncer y la metástasis.
La metástasis es un proceso de varios pasos que permite que el cáncer
se extienda desde su lugar original y que forme nuevos tumores en
cualquier lugar del cuerpo. Ciertos cánceres tienden a entrar en
metástasis hacia lugares específicos; por ejemplo, los tumores de pulmón
tienden a extenderse hacia el cerebro, y los de mama hacia el hígado y
los huesos.
Para lograr la metástasis, las células tumorales deben primero
adquirir la movilidad necesaria para poderse separar del tumor inicial.
Después penetran en los vasos sanguíneos próximos, de manera que puedan
fluir a través del cuerpo, donde se convierten en células tumorales
circulantes. Estas células tumorales circulantes deben después encontrar
un punto donde puedan aferrarse a las paredes de los vasos sanguíneos, y
penetrar en el tejido colindante para formar un nuevo tumor.
Los vasos sanguíneos están recubiertos con células endoteliales, que
normalmente son resistentes a los intrusos. Las células endoteliales
normales no deberían permitir que una célula cancerosa las invada, pero
si una de estas consigue conectar con una célula endotelial, e inyectar
señales que hagan que esta última sea controlada y transformada
completamente, entonces ello facilita la metástasis.
Los nanopuentes están hechos de las proteínas actina y tubulina, que
también forman el citoesqueleto que proporciona su estructura a las
células. Los investigadores encontraron que podrían inhibir la formación
de estos nanopuentes, que tienen unos 300 micrones de largo,
proporcionando dosis bajas de fármacos que interfieren con la actina.
Cuando los investigadores dieron estos fármacos a ratones con tumores
que normalmente producen la metástasis, estos no se extendieron.
El equipo de Edelman está ahora intentando determinar el mecanismo de
la formación de nanopuentes con mayor detalle, con un ojo puesto hacia
el desarrollo de fármacos que actúen más específicamente para inhibir el
proceso.
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