La enfermedad del sueño
está causada por una familia de parásitos, unos protozoos llamados
tripanosomas (el gambiense y el rodesiense) que, como sus nombres
indican, están en dos zonas de África (la occidental y el sureste). Los
transmite la mosca tse-tsé.
Afecta a unas 7.000 personas al año, según
los datos de la Organización Mundial de la Salud, y, si no recibe
tratamiento, puede ser mortal. Actualmente no hay una terapia específica
contra ella. Pero investigadores españoles dirigidos por Miguel
Navarro, del Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra
de Granada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),
han descubierto una proteína (la quinasa TOR-4) que regula la
multiplicación dentro de la sangre humana del parásito. Navarro indica
que podría ser una diana para el tratamiento.
Trypanosoma gambiense |
El investigador explica que cuando se inhibe esta quinasa (una
proteína que activa el crecimiento celular) el parásito entra en una
fase quiescente, por lo que no se multiplica más. Además, aunque el ser
humano tiene casi 700 proteínas de esta familia, la TOR-4 es específica
de los tripanosomas, por lo que es de esperar que un futuro fármaco no
interfiera con los mecanismos biológicos de los pacientes, lo que quiere
decir que no tendrán efectos secundarios.
Mosca tse-tsé |
“En la actualidad hemos iniciado la búsqueda de inhibidores
selectivos de esta quinasa de tripanosoma para una posible utilización
frente a la infección de este parásito, es decir, que impidan la
multiplicación del parásito en sangre. Si estos inhibidores lograran ser
específicos, selectivos, con las características farmacocinéticas
adecuadas, etcétera, podríamos verlos convertidos en fármacos”, ha dicho
Navarro.
El hallazgo sería extrapolable a otras enfermedades tropicales (por
ejemplo, otro triapnosoma es el responsable de la enfermedad de Chagas,
una lesión en la piel originaria de latinoamérica). El descubrimiento ha
sido publicado en Proceeding of National Academy of Sciences (PNAS).
“La enfermedad del sueño amenaza a millones de personas en 36 países
del África subsahariana. Muchas de las poblaciones afectadas viven en
zonas remotas con poco acceso a servicios de salud adecuados, lo que
obstaculiza la vigilancia y por lo tanto el diagnóstico y tratamiento de
los casos. Por añadidura, el desplazamiento de grupos humanos, las
guerras y la pobreza son factores que propician el aumento de la
transmisión y esto altera la distribución de la enfermedad como
consecuencia de la debilidad o inexistencia de los sistemas de salud”,
indica la OMS.
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