Cuando el farmacéutico John Pemberton patentó la Coca Cola hace 128
años lo hizo como medicina. Creía que aquel jarabe tendría las
propiedades curativas de la planta de la coca y alargaría la vida. Pocos
años después, el márketing convirtió su invento en el refresco más
consumido en el mundo, tan adorado como odiado no sólo por sus
cualidades como bebida sino por ser uno de los grandes símbolos del
capitalismo norteamericano. Esa percepción facilitó la proliferación de
abundantes leyendas urbanas sobre las supuestas propiedades corrosivas
del refresco.
Sin embargo, hace pocos días la Coca Cola ha logrado zafarse de
algunas de esas etiquetas gracias a un estudio publicado por la revista
Toxicology Letters firmado por Marcos Mateo Fernández, joven
investigador de la Universidad de Córdoba y del Campus de Excelencia
Internacional Agroalimentario ceiA3, y la catedrática de Genética
Ángeles Alonso, que dirige sus investigaciones dentro del grupo de
investigación AGR-158. Ambos investigadores han probado que la Coca Cola
protege frente al daño oxidativo y juega un papel importante en la
inhibición de crecimiento de células tumorales. Lo han hecho mediante
ensayos in vivo en lo que se conoce en el laboratorio como un “organismo
modelo”, la mosca Drosophila melanogaster, en la que se evaluó la
toxicidad, antitoxicidad, genotoxicidad, antigenotoxicidad, extensión y
calidad de vida del popular refresco en su versión clásica y en la que
no contiene cafeína. Además, los investigadores de la Universidad de
Córdoba usaron otro modelo para sus experimentos in vitro: la línea
celular HL-60 de leucemia humana, en la que se analizaron los efectos de
ambos refrescos sobre las células tumorales.
La conclusión es que ambos tipos de colas tienen efectos
antioxidativos y quimiopreventivos en el laboratorio. El mismo grupo
AGR-158 ensaya otras sustancias contenidas en estos refrescos, como es
la cafeína, aunque ésta no exhibe resultados tan remarcables en todos
los ensayos como los refescos completos.
Los efectos que esta nueva investigación puedan tener sobre la imagen de marca de la Coca Cola son algo que está por ver. Al fin y al cabo, el refresco sigue teniendo tantos defensores como detractores. Los primeros podrán enarbolar este estudio, y los segundos se podrían apoyar en el publicado por la American Journal of Public Health, hace algunas semanas, en el que tras analizar el ADN de 5.309 adultos consumidores habituales de refrescos gaseosos se concluyó que el consumo de refrescos azucarados está relacionado con el envejecimiento celular.
Los efectos que esta nueva investigación puedan tener sobre la imagen de marca de la Coca Cola son algo que está por ver. Al fin y al cabo, el refresco sigue teniendo tantos defensores como detractores. Los primeros podrán enarbolar este estudio, y los segundos se podrían apoyar en el publicado por la American Journal of Public Health, hace algunas semanas, en el que tras analizar el ADN de 5.309 adultos consumidores habituales de refrescos gaseosos se concluyó que el consumo de refrescos azucarados está relacionado con el envejecimiento celular.
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