Los resultados durante tres años de un ensayo clínico aún no
finalizado sugieren que una dosis alta de terapia inmunosupresora
seguida por el trasplante de células madre que forman células sanguíneas
de la propia persona podrían inducir en algunos pacientes un proceso
capaz de refrenar de manera sostenida el desarrollo de los síntomas de
la variedad más común de esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune
progresiva en la que el sistema inmunitario ataca el cerebro y la médula
espinal. El ensayo clínico lo realiza la ITN (Immune Tolerance
Network), un consorcio internacional de investigación clínica financiado
por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas
(NIAID), uno de los Institutos Nacionales estadounidenses de Salud.
Tres años después del tratamiento, casi el 80 por ciento de los
participantes en el ensayo habían sobrevivido sin experimentar un
incremento en la discapacidad, ni una recaída en síntomas de esclerosis
múltiple dejados atrás, ni nuevas lesiones cerebrales. El equipo del Dr.
Richard A. Nash observó menos complicaciones tempranas y efectos
secundarios inesperados, aunque muchos participantes experimentaron los
efectos secundarios ya previstos por ser típicos de la inmunosupresión a
elevadas dosis, incluyendo infecciones y problemas gastrointestinales.
El equipo del Dr. Nash planea mantener su seguimiento a esos
pacientes durante un total de cinco años, documentando todos los efectos
secundarios asociados con el tratamiento.
Los científicos estiman que la esclerosis múltiple afecta a más de
2,3 millones de personas en todo el mundo. Los síntomas pueden variar
ampliamente y pueden incluir problemas severos en las capacidades
motoras, la visión y el habla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario