El cáncer de páncreas podría disponer de un nuevo tratamiento que, según los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hil (EE.UU.),
«podría cambiar el paradigma de los tratamientos para este tipo cáncer,
o cualquier otros tumores sólidos en los que los medicamentos de
quimioterapia no es eficaz».
El cáncer de páncreas tiene
una tasa de mortalidad del 75% al año del diagnóstico, y apenas ha
habido avances en los últimos 40 años. Este tipo de tumor plantea un
problema importante, explican los expertos cuyo trabajo se publica en «Science Translational Medicine»:
las células cancerígenas pancreáticas están ‘protegidas’ por el propio
tejido, lo que hace difícil administrar los medicamentos para reducir el
tumor o detener su crecimiento. Los investigadores de la Universidad de
Carolina del Norte han desarrollado un dispositivo que, mediante el uso de campos eléctricos, puede administrar los fármacos directamente al tejido tumoral, impidiendo su crecimiento y, en algunos casos, reduciéndolo.
Durante décadas, los medicamentos han sido admnistrados, en
gran medida, a través de la vía intravenosa. Pero en el caso de los
tumores de páncreas, que no están bien vascularizado, no es fácil que
los medicamentos alcancen estos lugares de difícil acceso a través de
los vasos sanguíneos. El nuevo dispositivo funciona mediante el uso de
la electricidad que envía medicamentos de directamente a estos tumores.
«La cirugía para extirpar un tumor es actualmente la mejor
oportunidad de curar el cáncer de páncreas», explica Joseph DeSimone;
«sin embargo, muchas veces el diagnóstico llega demasiado tarde debido a
la tendencia de los tumores a entrelazarse con los principales órganos y
vasos sanguíneos», añade.
Los investigadores creen que, una vez que se lleven a cabo
los ensayos clínicos, se podría hablar de un «cambio en el paradigma» de
los tratamientos de cáncer de páncreas o cualquier otros tumores
sólidos, afirma Jen Jen Yeh, del Centro Integral del Cáncer Lineberger.
El dispositivo, dependiendo del tipo de tumor, se puede utilizar internamente después de una cirugía mínimamente invasiva para implantar electrodos directamente en un tumor (especialmente
en el caso del cáncer de páncreas y otros tumores menos accesibles) o
externamente para suministrar fármacos a través de la piel (o para el
tratamiento de los cánceres de mama inflamatorios y otros tumores
accesibles, como cánceres de cabeza y cuello).
Los investigadores también han demostrado la capacidad del
dispositivo para permitir concentraciones de fármaco más altas en el
tejido tumoral, evitando el aumento de toxicidad sistémica. Esto es
especialmente importante en el tratamiento de tumores sólidos
pancreáticos y otros, que no están bien vascularizados y, por lo tanto,
son difíciles de alcanzar con los métodos estándar de tratamiento
centrados en el torrente sanguíneo para el suministro de fármacos contra
el cáncer a los tumores.
Fuente: ABC
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