Unos investigadores han desarrollado un nuevo sistema para hacer
que ciertas bacterias energicen una célula (celda) de combustible. El
“combustible” utilizado es agua residual, y los subproductos del proceso
son gotas de agua pura y electricidad. Se trata por tanto de un proceso
respetuoso con el medio ambiente para la purificación del agua derivada
de procesos industriales contaminantes y de otros semejantes. Y además
genera pequeñas cantidades de electricidad, que en la práctica son
suficientes para hacer girar las aspas de un pequeño ventilador, generar
luz en un LED, o energizar un sensor.
El nuevo sistema es obra del equipo de Luis César Colmenares y Roman
Netzer, de la SINTEF (Fundación para la Investigación Científica e
Industrial; una institución noruega que es la mayor organización
independiente de investigación en los países escandinavos).
En el futuro, los investigadores esperan construir sistemas de este
tipo a escala mayor, a fin de posibilitar que esa misma energía obtenida
sirva para energizar el proceso de purificación del agua, que
habitualmente consta de muchas etapas, y que a menudo implica pasos de
descontaminación mecánicos y que gastan bastante energía desde el primer
momento.
La célula de combustible biológica está energizada por procesos
completamente naturales, en este caso con la ayuda de microorganismos
vivos. En palabras simples, este tipo de célula de combustible funciona
porque las bacterias consumen los materiales de desecho presentes en el
agua. A medida que “comen”, las bacterias producen electrones y
protones. El voltaje que surge entre estas partículas genera energía que
podemos explotar. Dado que los desechos en las aguas residuales
(material orgánico) son consumidos y por tanto retirados, el agua
resulta purificada.
A escala mundial, se emplean enormes cantidades de energía para
tratar y purificar agua. En los Estados Unidos, hasta el 5 por ciento de
la energía generada se emplea para este propósito. Actualmente, los
combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón proporcionan
aún las principales fuentes de energía. Sin embargo, ante la actual
preocupación sobre el cambio climático, es probable que esta situación
tenga que cambiar.
El agua residual contiene energía en la forma de materiales
biológicamente degradables, actualmente considerados como desechos, pero
que pueden ser reciclados y usados para algo útil. Por ejemplo, en
Estados Unidos, el agua residual proveniente del alcantarillado
municipal y de fábricas contiene hasta 17 GW de energía. Esto
corresponde aproximadamente a la misma energía que se emplea para tratar
el agua.
El hecho de que las bacterias puedan generar electricidad se ha
sabido desde principios del siglo XX. Sin embargo, los volúmenes de
energía alcanzables eran tan pequeños que nadie pensó que el proceso
pudiera tener interés.
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