Ante las ulceraciones que presentan los pacientes con diabetes,
científicos de la Facultad de Ciencias Químicas de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), en México, crearon un talco
cicatrizante que regenera la piel y evita infecciones cutáneas, llamado
Nanoderma.
Las heridas en personas con diabetes suelen tardar en sanar y la
humedad que se genera empeora las lesiones; sin embargo, con el talco se
activa un proceso de cicatrización llamado angiogénesis que consiste en
la recuperación de vasos sanguíneos, evita que la herida crezca y se
llegue a la amputación de extremidades, comentó el doctor Miguel Ángel
Hernández Espinosa, titular de la investigación.
El talco creado por científicos del Departamento de Investigación en
Zeolitas del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas
(ICUAP), es un material híbrido compuesto por dos fases: la primera es
orgánica y consiste en el extracto de la planta Tournefortia cuya
función es cicatrizar el tejido; la segunda es inorgánica y se conforma
de minerales llamados zeolitas, las cuales se encargan de adsorber la
humedad.
El doctor en Físico-Química de Superficies dijo que existen polímeros
y otros tipos de materiales nanoestructurados que sirven para
cicatrizar, pero no funcionan con la potencia que lo hace dicho talco.
El precio de esas sustancias es elevado y poco accesible “pueden llegar a
costar hasta 15 mil pesos por kilos, 50 veces más que el talco
desarrollado en Puebla”.
Hernández Espinosa explicó que el tipo de heridas que presentan las
personas con diabetes generalmente son húmedas y segregan o supuran, en
este caso Nanoderma seca el área y acciona las bases activas de la
planta Tournefortia con el fin de regenerar el tejido. Además de curar
lesiones de pie diabético ha demostrado resultados exitosos en llagas.
El investigador también aseguró que para ayudar a que la sustancia
funcione con rapidez, los pacientes deben seguir una dieta libre de
carnes rojas, grasas, mantener sus índices de glucosa estables, una
higiene óptima y la mejor disposición. “Eso marca la diferencia, si
quieren mantener sus salud estable deben seguir esos parámetros”.
Los casos que hemos tratado han sido asombrosos, detalló el
investigador. Por ejemplo: una persona llegó a la clínica de la Facultad
de Ciencias Químicas con ulceraciones en las dos piernas, desde la
espinilla hasta el talón y en siete meses se desinflamaron las
extremidades, las heridas dejaron de supurar, oler mal y se logró que
volviera a caminar de manera casi “normal”. El tratamiento lo inició en
marzo de este año y se espera que para diciembre esté en condiciones de
usar una tobillera”.
El talco, que ya cuenta con un registro de patente ante el Instituto
Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), se ha probado en la Facultad
de Ciencias Químicas de la BUAP, en zonas rurales y comunidades de
Puebla. Lo anterior permitió que se comercializara en 2014 por medio de
las Farmacias Universitarias Fleming.
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