En una serie de experimentos, se ha comprobado que, bajo las
circunstancias adecuadas, la cubierta de un virus que ataca a vegetales
despierta en ratones una potente respuesta inmunitaria contra células
cancerosas.
Las cubiertas de virus de una clase común que infecta a plantas(virus del mosaico del caupí), inhalado hacia un tumor de pulmón o inyectado en tumores de ovario, colon o mama, no solo desencadenaron en el sistema inmunitario de unos ratones una reacción que eliminó dichos tumores, sino que proporcionaron además una protección sistémica contra las metástasis. Así lo ha constatado el equipo de investigación, integrado por científicos de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, Ohio, y del Dartmouth College en Hanover, New Hampshire, ambas instituciones en Estados Unidos.
Aunque el enfoque adoptado por Nicole Steinmetz y sus colegas es un tanto inusual, la idea básica tiene un centenar de años, y consiste en colocar algo dentro del tumor y alterar el entorno que mantiene inactivo al sistema inmunitario, permitiendo así que el sistema de defensa natural ataque al tumor maligno.
Ese algo, el recubrimiento duro del virus del mosaico del caupí, no causó efectos secundarios detectables, lo cual sí es un problema habitual con las terapias tradicionales y algunas inmunoterapias.
Las nanopartículas basadas en el virus actúan como un interruptor que activa el sistema inmunitario para que reconozca como enemigo al tumor y luche contra él, así como para que lo recuerde.
Las partículas son potentísimas. Son fáciles de producir y no necesitan transportar antígenos, fármacos u otros agentes inmunoestimulantes en la superficie o dentro. Sin embargo, como en todo desarrollo médico nuevo, habrá que hacer muchos más experimentos, y luego los ensayos clínicos pertinentes, a fin de poder cerciorarse de que la nueva técnica es apta para aplicarla a pacientes humanos.
Las cubiertas de virus de una clase común que infecta a plantas(virus del mosaico del caupí), inhalado hacia un tumor de pulmón o inyectado en tumores de ovario, colon o mama, no solo desencadenaron en el sistema inmunitario de unos ratones una reacción que eliminó dichos tumores, sino que proporcionaron además una protección sistémica contra las metástasis. Así lo ha constatado el equipo de investigación, integrado por científicos de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, Ohio, y del Dartmouth College en Hanover, New Hampshire, ambas instituciones en Estados Unidos.
Aunque el enfoque adoptado por Nicole Steinmetz y sus colegas es un tanto inusual, la idea básica tiene un centenar de años, y consiste en colocar algo dentro del tumor y alterar el entorno que mantiene inactivo al sistema inmunitario, permitiendo así que el sistema de defensa natural ataque al tumor maligno.
Ese algo, el recubrimiento duro del virus del mosaico del caupí, no causó efectos secundarios detectables, lo cual sí es un problema habitual con las terapias tradicionales y algunas inmunoterapias.
Las nanopartículas basadas en el virus actúan como un interruptor que activa el sistema inmunitario para que reconozca como enemigo al tumor y luche contra él, así como para que lo recuerde.
Las partículas son potentísimas. Son fáciles de producir y no necesitan transportar antígenos, fármacos u otros agentes inmunoestimulantes en la superficie o dentro. Sin embargo, como en todo desarrollo médico nuevo, habrá que hacer muchos más experimentos, y luego los ensayos clínicos pertinentes, a fin de poder cerciorarse de que la nueva técnica es apta para aplicarla a pacientes humanos.
Virus del mosaico del caupí |
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