Si la línea de investigación seguida por el equipo del químico Troy
Wood, de la Universidad en Buffalo (Universidad Estatal de Nueva York),
llega a buen puerto, se dispondrá de un buen método bioquímico para el
diagnóstico del autismo. Este test proporcionaría a los médicos un modo
más objetivo de identificar esta enfermedad, la cual actualmente se
diagnostica mediante observación de la conducta.
Un test
biológico para el autismo podría ayudar a dar un diagnóstico precoz, el
cual es muy importante debido a que si se puede identificar el autismo a
una edad temprana en un niño, el resultado del tratamiento será mejor.
Wood
y sus colaboradores están ahora en el proceso de verificar que el
conjunto de compuestos aparentemente delatadores, que aparecen en la
orina de niños con autismo en cantidades distintas de las presentes en
la de los niños normales, es lo bastante fiable como marcador del
autismo.
Por ejemplo, entre los compuestos que aparecen en
niveles muy por debajo de lo normal, figura la forma reducida del
glutatión. Los niveles de estercobilina también son anormalmente bajos.
Las
deficiencias de estos dos compuestos son un indicador de estrés
oxidativo, el cual algunos investigadores consideran que está implicado
en el autismo.Para
verificar estos resultados preliminares, Wood espera completar un
estudio de validación más grande. En dicho estudio, se realizaría un
análisis de entre 75 y 100 muestras de orina de niños con autismo, y un
número igual de muestras de orina de niños sin autismo.
Además de
la estercobilina y el glutatión, Wood y su equipo también han
identificado algunos otros compuestos en la orina que pueden estar
correlacionados con el autismo. Para lograr un test biológico lo
bastante fiable, los científicos tendrán que identificar no sólo uno o
dos compuestos que sean biomarcadores del autismo, sino varios.
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