Un extenso estudio, sobre casi medio millón de personas maduras, a las
que se hizo un seguimiento durante aproximadamente 12 años, ha revelado
una tendencia clara, aunque por ahora sin explicación: cuando aumenta la
ingestión de café, disminuye el riesgo de muerte.
Neal Freedman,
autor principal del estudio, del Instituto Oncológico Nacional de
Estados Unidos, ha analizado estos resultados y los vínculos potenciales
entre beber café, consumir cafeína, y varias causas específicas de
enfermedades. Como ocurre en otros casos parecidos, no conviene
apresurarse a sacar conclusiones. Hay muchos factores que podrían
contribuir a la asociación entre el café, las enfermedades y la
mortalidad, y se impone profundizar en la cuestión desde más ángulos.
Nadie, por tanto, debería comenzar ahora a consumir cantidades ingentes
de café movido por la esperanza de estar alargando su vida. Además, el
consumo excesivo de café, más allá del límite máximo de lo que es
habitual, puede ser perjudicial para la salud, como lo es el consumo
excesivo de cualquier producto.
También hay que analizar
meticulosamente la relación que el consumo de café, el de tabaco y el de
alcohol, tienen con los efectos fisiológicos de la cafeína en la
tensión arterial y la función cardiaca, así como tener muy en cuenta la
importancia de diferenciar entre los efectos del café y los de la
cafeína. Uno de los próximos pasos será identificar qué componentes del
café y otras bebidas con cafeína benefician o dañan a sus consumidores,
bajo qué circunstancias y respecto a qué resultados en la salud.
Lo
que indica el estudio realizado por el equipo de Freedman, es que las
personas maduras que beben café, ya sea con cafeína o descafeinado (que
puede contener un poco de cafeína pero en cantidades mucho más bajas),
al parecer tienen un riesgo más bajo de muerte que aquellas otras de su
misma franja de edad pero que no beben café. Este hallazgo se suma a
otros que también sugieren que beber café, sin caer en un consumo
excesivo, puede traer beneficios para la salud.
El
café es una de las bebidas más populares del mundo pero sus efectos
para la salud no están claros. La bebida contiene una mezcla muy diversa
de compuestos biológicamente activos, pero sus efectos en el cuerpo
humano pueden ser difíciles de aislar unos de otros a fin de estudiarlos
debidamente. En investigaciones anteriores, se han encontrado
resultados tanto buenos como malos al examinar los efectos potenciales
del café sobre las principales causas de muerte, como el cáncer y las
enfermedades del corazón.
Los datos obtenidos por Freedman y sus
colaboradores indican que, en la extensa muestra de población de hombres
y mujeres, con edades de entre 50 y 71 años, aquellos sujetos que
solían beber 3 ó más tazas de café por día tuvieron un riesgo de muerte
aproximadamente un 10 por ciento más bajo comparado con el de los
hombres y las mujeres que no lo bebían. Los bebedores de café tenían
menos probabilidades de morir por enfermedades del corazón, enfermedades
respiratorias, derrame cerebral, diabetes, infecciones, e incluso
lesiones y accidentes (en este último caso obviamente cuentan las
facultades mentales y psicomotoras del individuo, que le permitan
mantener mejor el equilibrio para no caerse, ser más capaz de evitar
distracciones peligrosas, y obtener otras ventajas parecidas).
Los
investigadores no encontraron ninguna asociación entre el consumo de
café y las muertes por cáncer en las mujeres. El beber café se
correlacionó con un riesgo ligeramente más alto de muerte por cáncer en
los hombres, pero esta correlación fue de importancia estadística
irrelevante.
El compuesto más estudiado del café es la cafeína, y
es fácil para mucha gente asumir que el único principio activo del café
es la cafeína. Sin embargo, en el último estudio, los resultados para
quienes bebían café con cafeína fueron similares a los resultados para
quienes consumían café descafeinado.
No está claro qué mecanismo
podría hacer que el café proteja contra el riesgo de muerte, ya que el
café contiene más de 1.000 compuestos que potencialmente pueden influir
en la salud. Ni siquiera está claro que el hallazgo hecho en este nuevo
estudio refleje una relación verdadera de causa-efecto entre consumir
café y vivir más.
El misterio del café seguirá por tanto sin ser
resuelto en un futuro inmediato. Se necesita investigar más antes de
poder aclarar el llamativo descubrimiento hecho en este estudio, o por
lo menos antes de poder presentar hipótesis razonablemente plausibles.
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