La causa más probable de la Enfermedad de Kawasaki en Japón es
un agente transportado por el viento y que proviene de una fuente en el
noroeste de China, según ha anunciado un equipo de científicos de
Estados Unidos, España y Japón que ha estudiado a fondo las
circunstancias en las que se han producido los casos de esta dolencia
cardiaca infantil que puede dañar de forma permanente las arterias
coronarias.
La enfermedad de Kawasaki es difícil de diagnosticar
y, sin tratamiento, provoca que el 25 por ciento de los niños con la
afección desarrollen aneurismas arteriales coronarios (bultos con forma
de globo de los vasos del corazón) que podrían acabar resultando en
ataques al corazón, insuficiencia cardiaca congestiva o muerte súbita.
Los porcentajes de frecuencia del Mal de Kawasaki están aumentando entre
la población infantil en Asia, y también en Estados Unidos y en Europa
Occidental. Algunos modelos predictivos estiman que hacia 2020 uno de
cada 1.600 adultos en EE.UU. estará afectado por la enfermedad.
La
enfermedad fue descrita por primera vez en Japón en 1967, y bautizada
en reconocimiento a su descubridor, el Dr. Tomisaku Kawasaki. Sin
embargo, su causa no pudo ser hallada pese a medio siglo de
investigaciones. Ahora, parece que por fin hay una respuesta
convincente.
La Dra. Jane C. Burns, directora del Centro de
Investigación de la Enfermedad de Kawasaki, dependiente de la
Universidad de California en la ciudad estadounidense de San Diego,
reunió a científicos en un equipo internacional para intentar descifrar
el claro carácter estacional (su incidencia varía con la estación del
año) de esta devastadora enfermedad infantil.
Dándose
cuenta de que los brotes en Japón de la Enfermedad de Kawasaki
coinciden con ciertos patrones de vientos procedentes de Asia, el
científico climático Xavier Rodó y sus colegas del IC3 (Institut Català
de Ciències del Clima, o Instituto Catalán de Ciencias del Clima) en
Barcelona, y en el ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis
Avançats, o Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados)
también en Barcelona, utilizaron modelos de ordenador para simular las
corrientes de aire y el transporte aéreo de partículas durante todos los
días desde 1977 que experimentaron un alto número de casos de la
enfermedad en Japón, basándose en datos recopilados por Yoshikazu
Nakamura y Ritei Uehara en la Universidad Médica Jichi en Japón. El
modelado indicó que los casos de la enfermedad en muchos de los lugares
japoneses, tanto dentro como fuera de los años de epidemia, alcanzaron
su máximo sólo cuando los vientos se originaron en una región densamente
cultivada en el noroeste de China, caracterizada por extensas tierras
dedicadas al cultivo de cereales.En
2011, los investigadores de Barcelona equiparon un avión en Japón con
un innovador dispositivo de filtrado de aire de gran volumen para
recoger muestras de aerosoles.
Con la ayuda de Hiroshi Tanimoto y colegas del Instituto Nacional de Ciencia Medioambiental en Tsukuba, Japón, el avión tomó muestras a altitudes situadas entre los 2 y los 3 kilómetros sobre Japón para evitar los contaminantes de la superficie, y en días pertenecientes a la temporada típica de la enfermedad, cuando las corrientes de aire se originaban sólo en el noroeste de China. Los análisis detallados del microbioma de las muestras realizados por Brent Williams e Ian Lipkin, de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, identificaron a hongos Candida como los predominantes en el aire, un hallazgo que no había sido anteriormente realizado a partir de otras campañas de recogida de muestras de aerosoles en otras regiones del globo. Candida es un género de levaduras (hongos unicelulares) y la causa más habitual de diversas infecciones humanas por hongos.La conclusión a la que han llegado los investigadores es que la causa más probable de la enfermedad de Kawasaki en Japón es una toxina procedente del noroeste de China, posiblemente relacionada con hongos Candida, que han sido relacionados con una vasculitis de
arterias coronarias, parecida a la del Mal de Kawasaki, en modelos de ratón.
Con la ayuda de Hiroshi Tanimoto y colegas del Instituto Nacional de Ciencia Medioambiental en Tsukuba, Japón, el avión tomó muestras a altitudes situadas entre los 2 y los 3 kilómetros sobre Japón para evitar los contaminantes de la superficie, y en días pertenecientes a la temporada típica de la enfermedad, cuando las corrientes de aire se originaban sólo en el noroeste de China. Los análisis detallados del microbioma de las muestras realizados por Brent Williams e Ian Lipkin, de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, identificaron a hongos Candida como los predominantes en el aire, un hallazgo que no había sido anteriormente realizado a partir de otras campañas de recogida de muestras de aerosoles en otras regiones del globo. Candida es un género de levaduras (hongos unicelulares) y la causa más habitual de diversas infecciones humanas por hongos.La conclusión a la que han llegado los investigadores es que la causa más probable de la enfermedad de Kawasaki en Japón es una toxina procedente del noroeste de China, posiblemente relacionada con hongos Candida, que han sido relacionados con una vasculitis de
arterias coronarias, parecida a la del Mal de Kawasaki, en modelos de ratón.
Los hallazgos clave, tal como destaca Burns, son:
-Los
patrones de viento predominantes asociados con casos de la enfermedad
en Japón pueden rastrearse hasta el noroeste de China, donde se
encuentra la principal región productora de cereales del país.
-La
dolencia tiene un tiempo de incubación corto (menos de 24 horas entre
la exposición y el inicio de la fiebre), lo que sugiere que la causa no
es un organismo infeccioso tradicional, sino más probablemente una
toxina, quizá fúngica en origen, que desencadena rápidamente una
respuesta inmunitaria en los anfitriones, niños genéticamente
susceptibles.
-Al tomar muestras aéreas en Japón durante la
temporada invernal de la enfermedad se encontraron inesperadamente altos
niveles de hongos Candida dentro del rico microbioma de los vientos
troposféricos.
En palabras de Burns, la situación es digna de un
caso investigable por Sherlock Holmes. Los datos sugieren que se está
haciendo algo nuevo (desde la Segunda Guerra Mundial) en el noroeste de
China, probablemente relacionado con la agricultura intensiva. ¿Podría
tratarse de la quema de combustible de biomasa durante el invierno,
transportándose el agente en la ceniza aerosolizada hacia Japón? ¿Podría
haberse iniciado alguna práctica agrícola o cultivo o actividad nuevos a
partir de los años 60, cuando empezó a aparecer por primera vez la
enfermedad en Japón? ¿Podría ser que un tipo de partícula aerosolizada
sea alterada químicamente convirtiéndose en patogénica a medida que
viaja a través de las nubes de camino a Japón?
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