Se ha logrado identificar un método para acelerar la reacción del cuerpo al consumo de alcohol.
El
equipo de Yunfeng Lu, de la Escuela Henry Samueli de Ingeniería y
Ciencias Aplicadas, adscrita a la Universidad de California en Los
Ángeles (UCLA), unió con éxito dos enzimas complementarias en una
cápsula diminuta para acelerar la eliminación del alcohol en el cuerpo.
La acción combinada de esas dos enzimas portadas por la cápsula procesa
el alcohol casi del mismo modo en que lo hace el hígado.
La aplicación de esta estrategia podría ser tan fácil como ingerir una píldora, y la consecuencia sería la citada alteración química del alcohol dentro del sistema digestivo.
Tras futuras investigaciones adicionales, este descubrimiento podría usarse como una medida preventiva, o como antídoto, contra la intoxicación producida por el alcohol.
Las enzimas que existen de forma natural dentro de las células a menudo trabajan en tándem para transformar moléculas o eliminar toxinas. El grupo de Lu unió múltiples enzimas para imitar el proceso natural. Por ejemplo, una enzima conocida como oxidasa del alcohol puede promover la oxidación de éste pero también puede producir peróxido de hidrógeno que es tóxico. Otro tipo de enzima, una catalasa, promueve la descomposición del peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno. Poniendo las dos enzimas cerca la una de la otra, sí se puede eliminar sin mayores riesgos el alcohol.
Los investigadores pusieron las dos enzimas en una cápsula de polímero que mide sólo decenas de nanómetros de diámetro. La pared de la cápsula es sólo de un nanómetro de espesor, aproximadamente 100.000 veces más pequeña que el grosor de un cabello humano.
La cápsula protege las enzimas y permite que entren en una molécula de alcohol. De esta manera, la nanocápsula imita a una organela, una estructura existente en las células que promueve ciertas reacciones químicas.
Los investigadores usaron un ratón como modelo para probar cómo trabaja el paquete de enzimas después de que el alcohol fue consumido. Encontraron que el nivel de alcohol en la sangre de los ratones que recibieron el paquete de enzimas disminuyó con más rapidez que en los ratones que no lo recibieron. El nivel de alcohol en sangre del grupo de prueba del antídoto fue de un 15,8 por ciento más bajo que el del grupo de control después de 45 minutos, un 26,1 por ciento más bajo después de 90 minutos y un 34,7 por ciento más bajo después de 3 horas.
La aplicación de esta estrategia podría ser tan fácil como ingerir una píldora, y la consecuencia sería la citada alteración química del alcohol dentro del sistema digestivo.
Tras futuras investigaciones adicionales, este descubrimiento podría usarse como una medida preventiva, o como antídoto, contra la intoxicación producida por el alcohol.
Las enzimas que existen de forma natural dentro de las células a menudo trabajan en tándem para transformar moléculas o eliminar toxinas. El grupo de Lu unió múltiples enzimas para imitar el proceso natural. Por ejemplo, una enzima conocida como oxidasa del alcohol puede promover la oxidación de éste pero también puede producir peróxido de hidrógeno que es tóxico. Otro tipo de enzima, una catalasa, promueve la descomposición del peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno. Poniendo las dos enzimas cerca la una de la otra, sí se puede eliminar sin mayores riesgos el alcohol.
Los investigadores pusieron las dos enzimas en una cápsula de polímero que mide sólo decenas de nanómetros de diámetro. La pared de la cápsula es sólo de un nanómetro de espesor, aproximadamente 100.000 veces más pequeña que el grosor de un cabello humano.
La cápsula protege las enzimas y permite que entren en una molécula de alcohol. De esta manera, la nanocápsula imita a una organela, una estructura existente en las células que promueve ciertas reacciones químicas.
Los investigadores usaron un ratón como modelo para probar cómo trabaja el paquete de enzimas después de que el alcohol fue consumido. Encontraron que el nivel de alcohol en la sangre de los ratones que recibieron el paquete de enzimas disminuyó con más rapidez que en los ratones que no lo recibieron. El nivel de alcohol en sangre del grupo de prueba del antídoto fue de un 15,8 por ciento más bajo que el del grupo de control después de 45 minutos, un 26,1 por ciento más bajo después de 90 minutos y un 34,7 por ciento más bajo después de 3 horas.
En una prueba de cuán bien trabajaba el sistema enzimático
cuando se consumía al mismo tiempo que el alcohol, los investigadores
encontraron que los niveles de alcohol en la sangre de los ratones que
recibieron las enzimas era un 10,1 por ciento más bajo que en los
ratones del grupo de control después de 45 minutos, el 31,8 por ciento
más bajo después de 90 minutos, y el 36,8 por ciento más bajo después de
tres horas.
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