La
artrosis es una enfermedad crónica causada por el desgaste del
cartílago que une los huesos y las articulaciones, lo que da lugar a que
los huesos friccionen y, en consecuencia, aparezca dolor, hinchazón y
pérdida de movimiento en la articulación. De hecho, la artrosis es la
principal causa de dolor en las personas mayores, sobre todo en la
espalda, cadera, rodillas, pies y manos. Sin embargo, y como sucede con
la mayoría de las enfermedades crónicas, aún no tiene cura, quedando su
tratamiento relegado al alivio de la inflamación y el dolor. Así, los
fármacos más utilizados son los antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
y, sobre todo, los analgésicos. Y en este contexto, como alerta un
estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Berna (Suiza), debe tenerse en cuenta que tomar paracetamol no mejora ni el dolor ni la movilidad de los pacientes con artrosis.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «The Lancet», muestra que el beneficio del paracetamol es prácticamente similar al que obtendríamos tomando un placebo. De hecho, los autores cuestionan seriamente el uso del paracetamol en cualquier enfermedad crónica. Y asimismo, avalan el uso del diclofenaco como tratamiento más eficaz para el dolor y la actividad física en los pacientes con artrosis.
Por lo general, los pacientes con artrosis toman paracetamol o un AINE para tratar su dolor. O más bien, suelen tomar paracetamol dados los efectos adversos gastrointestinales asociados a los AINE. Pero con independencia de los efectos secundarios, ¿cuál es el fármaco más eficaz?
Para responder a esta pregunta, los autores analizaron los datos alcanzados en 74 ensayos clínicos llevados a cabo con 58.556 participantes para analizar el efecto del paracetamol y de siete AINE –celecoxib, diclofenaco, etoricoxib, ibuprofeno, lumiracoxib, naproxeno y rofecoxib– sobre el dolor y la actividad física de los pacientes con artrosis de rodilla y/o cadera.
Los resultados mostraron que el beneficio de paracetamol es prácticamente similar al del placebo. Es decir, que no mejora ni el dolor ni la movilidad de los pacientes con artrosis. Unos resultados que, asimismo, constataron que la administración de diclofenaco a una dosis máxima diaria de 150 mg se presenta como el tratamiento más eficaz en esta situación, muy por encima del paracetamol y el resto de AINE.
Con independencia de la dosis, el paracetamol no es eficaz a la hora de tratar el dolor de la artrosis
como explica Sven Trelle, director del estudio, «los AINE son por lo general utilizados para tratar los episodios de dolor de la artrosis de corta duración, pues se piensa que sus efectos secundarios contrarrestan sus beneficios cuando se emplean a largo plazo. En consecuencia, el paracetamol es el fármaco normalmente prescrito para el dolor a largo plazo de la artrosis en lugar de los AINE. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que, con independencia de la dosis, el paracetamol no es eficaz a la hora de tratar el dolor de la artrosis. Y asimismo, demuestran que los AINE son eficaces en esta situación y que pueden usarse de manera intermitente sin paracetamol».
Entonces, ¿debe eliminarse el paracetamol como alternativa en el tratamiento de la artrosis? Pues según refiere Nicholas Moore, de la Universidad de Burdeos (Francia), a propósito de los resultados, «el hallazgo más importante de este estudio es que el paracetamol no parece conferir ningún efecto demostrable o beneficio en la artrosis. Y a ninguna dosis. Un hallazgo no completamente inesperado. Y es que paracetamol lleva en el mercado desde tiempo inmemorial, y su eficacia nunca ha sido adecuadamente establecida o medida en las enfermedades crónicas. De hecho, es posible que no sea tan eficaz como muchos puedan pensar. Y su seguridad también se encuentra entredicho».
Tal es así que, concluye Nicholas Moore, «muchos pacientes podrían estar sufriendo dolor innecesariamente por su idea sobre los riesgos de los AINE y los beneficios de paracetamol, que es posible que no sean reales».
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «The Lancet», muestra que el beneficio del paracetamol es prácticamente similar al que obtendríamos tomando un placebo. De hecho, los autores cuestionan seriamente el uso del paracetamol en cualquier enfermedad crónica. Y asimismo, avalan el uso del diclofenaco como tratamiento más eficaz para el dolor y la actividad física en los pacientes con artrosis.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 9,6% de los varones y el 18% de las mujeres padecen artrosis una vez superan la quinta década de vida. Una amplísima población de pacientes que, dado el dolor asociado a la enfermedad, tienen una actividad física muy limitada, lo que supone un mayor riesgo de desarrollo de patologías como las cardiovasculares, la obesidad y la diabetes y una amenaza para la salud general. De ahí la importancia del alivio de este dolor.
Por lo general, los pacientes con artrosis toman paracetamol o un AINE para tratar su dolor. O más bien, suelen tomar paracetamol dados los efectos adversos gastrointestinales asociados a los AINE. Pero con independencia de los efectos secundarios, ¿cuál es el fármaco más eficaz?
Para responder a esta pregunta, los autores analizaron los datos alcanzados en 74 ensayos clínicos llevados a cabo con 58.556 participantes para analizar el efecto del paracetamol y de siete AINE –celecoxib, diclofenaco, etoricoxib, ibuprofeno, lumiracoxib, naproxeno y rofecoxib– sobre el dolor y la actividad física de los pacientes con artrosis de rodilla y/o cadera.
Los resultados mostraron que el beneficio de paracetamol es prácticamente similar al del placebo. Es decir, que no mejora ni el dolor ni la movilidad de los pacientes con artrosis. Unos resultados que, asimismo, constataron que la administración de diclofenaco a una dosis máxima diaria de 150 mg se presenta como el tratamiento más eficaz en esta situación, muy por encima del paracetamol y el resto de AINE.
Con independencia de la dosis, el paracetamol no es eficaz a la hora de tratar el dolor de la artrosis
como explica Sven Trelle, director del estudio, «los AINE son por lo general utilizados para tratar los episodios de dolor de la artrosis de corta duración, pues se piensa que sus efectos secundarios contrarrestan sus beneficios cuando se emplean a largo plazo. En consecuencia, el paracetamol es el fármaco normalmente prescrito para el dolor a largo plazo de la artrosis en lugar de los AINE. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que, con independencia de la dosis, el paracetamol no es eficaz a la hora de tratar el dolor de la artrosis. Y asimismo, demuestran que los AINE son eficaces en esta situación y que pueden usarse de manera intermitente sin paracetamol».
Entonces, ¿debe eliminarse el paracetamol como alternativa en el tratamiento de la artrosis? Pues según refiere Nicholas Moore, de la Universidad de Burdeos (Francia), a propósito de los resultados, «el hallazgo más importante de este estudio es que el paracetamol no parece conferir ningún efecto demostrable o beneficio en la artrosis. Y a ninguna dosis. Un hallazgo no completamente inesperado. Y es que paracetamol lleva en el mercado desde tiempo inmemorial, y su eficacia nunca ha sido adecuadamente establecida o medida en las enfermedades crónicas. De hecho, es posible que no sea tan eficaz como muchos puedan pensar. Y su seguridad también se encuentra entredicho».
Tal es así que, concluye Nicholas Moore, «muchos pacientes podrían estar sufriendo dolor innecesariamente por su idea sobre los riesgos de los AINE y los beneficios de paracetamol, que es posible que no sean reales».
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