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viernes, 19 de agosto de 2011

LOS GENES: CLAVES DE LA LONGEVIDAD

Para vivir 100 años no es tan importante lo que se come cada día como la genética que se tenga. Sus genes tienen la clave o, al menos, esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de expertos de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva (Nueva York, EEUU) después de analizar el estilo de vida de 477 personas con edades comprendidas entre los 95 y los 106 años.
A diferencia de estudios previos, éste es retrospectivo, es decir, en lugar de hacerles un seguimiento para valorar sus hábitos y las edades alcanzadas, se les preguntaba sobre cuáles eran sus hábitos hace 30 años, cuando tenían 70. Para valorar los resultados, se comparaban con los datos de un grupo de personas que habían nacido en la misma época y que cuando rondaban los 70 participaron en el estudio epidemiológico NHANCES (Nacional Health and Nutrition Examination Survey).
Según desvela el artículo publicado en 'Journal of the American Geriatrics Society', la gente con longevidad excepcional no tenía hábitos más saludables que los demás. Por ejemplo, el índice de masa corporal era similar, no había diferencia de sobrepeso u obesidad entre ambos grupos y bebían la misma cantidad de alcohol al día.
En cuanto a la actividad física, sólo el 43% de los hombres centenarios había practicado ejercicio de forma regular, en comparación con el 57% de los hombres del otro estudio. Y cuando se les preguntaba sobre la dieta, tampoco había gran disparidad. La proporción de mujeres y varones de uno y otro grupo que consumían alimentos bajos en calorías y grasas era igual.
También se les preguntó por el tabaco y las tasas fueron similares. Casi el 60% de los longevos había fumado más de 100 cigarrillos a lo largo de su vida. Concretamente, los fumadores del grupo de los 'grandes supervivientes' habían mantenido esta adicción durante una media de 20-40 años, a razón de unos 12 cigarrillos al día. En definitiva, sus estilos de vida no habían sido modélicos respecto al resto. Las personas con longevidad excepcional no eran más saludables (en términos de dieta, actividad física, etc.) que el resto. Pero, probablemente, "sus genes les protegen".

Dados los resultados, los investigadores quisieron saber qué pensaban los participantes sobre los factores que habían podido influir en sus largas vidas. "Más de un tercio de ellos creía en la historia familiar y el rol de los genes". Pero también aludían a una dieta saludable, a la actividad física y otros aspectos como actitudes positivas, buena suerte, religión y espiritualidad.
La longevidad se lleva estudiando mucho tiempo y hasta ahora, todo indica que, en general, "los genes la condicionan un 25%-30% y el estilo de vida un 70%-75%", señala Leocadio Rodriguez-Mañas, jefe del servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe (Madrid). Lo cierto, continúa, es que son pocos los que alcanzan la longevidad excepcional, "menos de un 5% de la población". Y en éstos, el papel de la genética, como asegura el actual estudio, es especialmente importante.
De todas formas, esto no significa que no influyan también los hábitos de la vida diaria. "Está claro que si uno tiene mala genética no llegará a los 100, pero si la tiene, ella no es suficiente para alcanzar dicha edad", apunta el especialista español, que también coordina una red de investigación en España sobre el envejecimiento y la fragilidad en el Instituto Carlos III.

Por otra parte, la telomerasa es una herramienta de nuestras células que se encarga de mantener intactos los llamados telómeros, que serían parecidos a un "reloj biológico": cada vez que la célula se divide, sus telomeros se acortan. Funcionan, pues, como un marcador de la edad celular: a más años, más divisiones celulares, más cortos son los telómeros. Además, cuando los telómeros llegan a un tamaño mínimo, las células dejan de funcionar. Se convierten en células viejas "desactivadas", incapaces de participar en las funciones normales del tejido donde se encuentran. Se cree que esto podría jugar un papel importante en el envejecimiento general del organismo.

Los pequeños cambios genéticos detectados se encuentran cerca de un gen que se relaciona con el envejecimiento celular. Es el llamado TERC, que fabrica un componente de la telomerasa.
La telomerasa evita que los telomeros se acorten, lo que a la práctica significa que la célula parece siempre joven. Esto es algo muy peligroso. El sistema de envejecimiento es una forma de garantizar que una célula que lleva tiempo rondando y acumulando lesiones en su ADN no va a enloquecer de repente. Cuando falla esta protección puede aparecer un cáncer muy fácilmente. Así pues, "desconectar" el control de calidad que representan los telómeros puede alargar la vida de una célula, sin duda, pero la convierte también en un peligro potencial para el organismo. Es por eso que la mayoría de células adultas no fabrica telomerasa. Es por eso también que las células cancerosas aprenden muy pronto a fabricarla y dan así el primer paso para convertirse en inmortales.
Los investigadores han visto que a lado del gen TERC hay unos marcadores genéticos que se asocian con las personas que tienen en sus células telómeros más cortos de lo que les corresponde por su edad. Según los autores, esto demuestra que hay individuos que están "genéticamente programados para envejecer más rápido".
De otra manera, no está del todo claro que una persona con telómeros más cortos llegue necesariamente a la vejez en peores condiciones o siquiera que viva menos años. Finalmente, la diferencia entre la edad de los telómeros de esas personas que "envejecen peor" según el estudio y su edad biológica real es sólo de entre 3 y 7 años. No sabemos si eso influiría mucho en su calidad de vida o en el riesgo a padecer ciertas enfermedades que algunos estudios han relacionado con el envejecimiento celular.
Además, hace poco se encontró que una forma del gen FOXO3A es más común en personas longevas. Están en marcha proyectos de investigación con el objetivo de descubrir los genes que protegen a algunos afortunados contra el paso del tiempo de una forma natural así que iremos viendo aparecer en los periódicos en los próximos años más nombres de presuntos implicados.
Si te interesa y quieres saber un poco más del tema pincha aquí.

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