Los medicamentos que actúan sobre el cerebro, como por ejemplo los ansiolíticos empleados para mitigar estados exacerbados o persistentes de ansiedad, deben superar numerosos obstáculos en el difícil camino para llegar hasta este órgano. Por ejemplo, si un paciente toma una píldora, el fármaco debe pasar por el sistema digestivo, el hígado y la barrera hematoencefálica. Esto provoca a menudo efectos secundarios que pueden llegar a ser problemáticos. Además, se pierde o queda alterada una gran cantidad de la sustancia activa necesaria, si no es que queda del todo destruida.
El Neuropéptido S, una sustancia ansiolítica descubierta recientemente, no sería capaz de llegar al cerebro de esta manera. El tratamiento con esta sustancia sólo sería posible mediante una inyección en el cerebro, un proceso no concebible para un paciente. Sin embargo, en una nueva investigación se ha explorado una vía alternativa de administración, no invasiva, en forma de espray que se inhala por la nariz, y los resultados son prometedores.
El Neuropéptido S, una sustancia ansiolítica descubierta recientemente, no sería capaz de llegar al cerebro de esta manera. El tratamiento con esta sustancia sólo sería posible mediante una inyección en el cerebro, un proceso no concebible para un paciente. Sin embargo, en una nueva investigación se ha explorado una vía alternativa de administración, no invasiva, en forma de espray que se inhala por la nariz, y los resultados son prometedores.
El equipo de la psiquiatra Ulrike Schmidt, del Instituto Max Planck de Psiquiatría en Alemania, examinó, con la ayuda de experimentos en ratones, si el Neuropéptido S podría llegar al cerebro a través de la mucosa nasal y surtir efecto del modo deseado.
Apenas 30 minutos después de haberlo administrado a través de la mucosa nasal, ya habían llegado pequeñas cantidades del Neuropéptido S al cerebro de los ratones. El efecto ansiolítico apareció cuatro horas más tarde: Se pudo observar que efectivamente los ratones estaban menos ansiosos.
Esto demuestra la eficacia del Neuropéptido S cuando es administrado por vía intranasal.
El mecanismo molecular exacto de acción del Neuropéptido S todavía no está claro. Sin embargo, como han mostrado las pruebas electrofisiológicas, influye claramente en las vías de transmisión de señales entre las neuronas del hipocampo, una estructura cerebral importante para el aprendizaje y la memoria. Los investigadores sospechan que el Neuropéptido S tiene un efecto atenuante en ciertas señales del centro cerebral de las emociones, y que como resultado el individuo experimenta menos ansiedad.
Estos resultados confirman que el Neuropéptido S es un prometedor fármaco para el tratamiento de pacientes que sufren trastornos de ansiedad.
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