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martes, 21 de agosto de 2012

EL PAPEL DEL ZINC EN LA NEUROTRANSMISION

El zinc, un oligoelemento indispensable para numerosas funciones biológicas, juega un papel muy relevante en la neurotransmisión del sistema nervioso, lo que permite entender la relación de este elemento con determinadas disfunciones como la depresión. Así lo ha puesto de manifiesto un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en España, que ha publicado el hallazgo en la revista Antioxidants & Redox Signaling.
El zinc, “altamente biodisponible” en la carne, el marisco o el pescado, interviene principalmente en la actividad del sistema nervioso. “En el cerebro participa en la síntesis y liberación de los neurotransmisores, que son las moléculas encargadas de transferir la información de una neurona a otra. Ahora sabemos que también es esencial en las funciones que estos median. Se trata, por tanto, de un modulador de la excitabilidad neuronal”, precisa el investigador del CSIC Javier Garzón.




Los científicos han observado que los receptores, que se encargan de recoger las señales de los neurotransmisores, activan la producción de óxido nítrico para “liberar” el zinc, que se encuentra “atrapado” por una serie de proteínas. “Las moléculas de zinc son muy abundantes en el sistema nervioso, pero se encuentran atrapadas por proteínas para que no ejerzan efectos descontrolados. Una gran familia de compuestos receptores celulares para neurotransmisores, los acoplados a proteínas G, que incluyen los opioides, la serotonina, la dopamina, los cannabinoides y la noradrenalina, generan óxido nítrico para liberar el zinc de las proteínas que lo contienen mediante un proceso de oxidación. Así pueden utilizarlo temporalmente en los procesos celulares que regulan”, explica Garzón, que trabaja en el Instituto Cajal, del CSIC.
Tras la liberación del zinc, las proteínas oxidadas son devueltas a su estado original de reducción mediante mecanismos específicos del sistema nervioso. Con ello están, tras el ciclo de utilización, preparadas para atrapar de nuevo el zinc. “En esta señalización denominada ReDox, los receptores de neurotransmisores son los encargados depromover el proceso de oxidación que libera el zinc”, agrega el investigador del CSIC.Entender las alteraciones de estos procesos es para los científicos clave para llegar a entender disfunciones nerviosas como la depresión o el letargo. Según Garzón, la carencia de zinc se asocia incluso a algunas adicciones como el alcoholismo y a“obsesiones” como la anorexia y la bulimia.

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