Al té verde se le atribuyen muchos efectos positivos para la
salud. Ahora, los resultados de una investigación aportan la primera
evidencia de que el extracto de té verde mejora las funciones
cognitivas, en particular la memoria de trabajo. Ésta es la clase de
memoria a corto plazo que nos permite recordar durante unos instantes,
sin necesidad de tomar nota, un número telefónico que no sabíamos y que
nos acaban de decir. Gracias a esta memoria podemos teclear directamente
ese número telefónico sin tener que apuntarlo primero. La memoria de
trabajo la empleamos miles de veces al día y es la que nos permite
realizar trabajos de cierta complejidad, por fases, de una manera lo
bastante fluida.
En estudios anteriores, se han analizado
concienzudamente los ingredientes del té verde en el marco de
investigaciones sobre sustancias anticancerígenas. Más recientemente, la
comunidad científica se ha estado preguntando sobre la influencia
positiva de esta bebida en el cerebro humano. Varios estudios pudieron
conectar el té verde con efectos beneficiosos sobre el rendimiento
cognitivo. Sin embargo, los mecanismos neurales que subyacen en este
efecto de mejora cognitiva promovida por el té verde continuaron siendo
desconocidos. Ahora esta situación ha cambiado.
Los autores del
nuevo estudio, de la Universidad de Basilea en Suiza, han comprobado que
el extracto del té verde incrementa la conectividad efectiva del
cerebro, es decir, la influencia causal que un área del cerebro ejerce
sobre otra. Este efecto sobre la conectividad también llevó a una mejora
en el propio rendimiento cognitivo durante unos experimentos: Los
sujetos de estudio tuvieron resultados significativamente mejores en
tareas de memoria de trabajo después de tomar extracto de té verde.
En
las pruebas llevadas a cabo por los equipos de investigación de los
profesores Christoph Beglinger y Stefan Borgwardt, los sujetos de
estudio, hombres sanos todos ellos, recibieron una bebida no alcohólica
que contenía varios gramos de extracto de té verde, antes de resolver
tareas para las que era vital usar la memoria de trabajo. Los
científicos analizaron, mediante imágenes captadas por resonancia
magnética, cómo afectaba ese consumo de extracto de té verde a la
actividad cerebral de los hombres. Las imágenes mostraron una
conectividad aumentada entre la corteza parietal y la corteza frontal.
Este efecto se correlacionó de forma positiva con una mejora en el
rendimiento de los participantes en la realización de las tareas. Ello
sugiere, tal como apunta Borgwardt, que el té verde podría incrementar
la plasticidad sináptica a corto plazo del cerebro.
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