Un equipo internacional, con participación de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha diseñado un nuevo fármaco capaz de bloquear con eficacia la entrada del virus del SIDA en las células que va a infectar. El tratamiento, probado con éxito en humanos, está basado en el derivado de una pequeña proteína que el propio organismo produce, probablemente, para defenderse de otros virus a los que lleva expuesto miles de años.
Tras identificar en la sangre este péptido, denominado VIRIP, y observar que impedía que el VIH inyectase su contenido a través de la membrana celular, los científicos comprobaron que por sí solo no servía como medicamento por su escasa eficacia. Para resolver este problema, sintetizaron unas 600 variantes de VIRIP hasta que dieron con una, denominada VIR-576, con una eficacia similar a otros medicamentos contra el SIDA y con apenas efectos secundarios.
“Lo que hicimos fue aumentar la potencia de un péptido que todos tenemos en el organismo para defendernos de determinados ataques virales y que, en su forma natural, no es suficientemente activo para protegernos de la infección por VIH”, explica el investigador del CSIC y coordinador del equipo español que ha participado en el estudio, Guillermo Giménez, que trabaja en el Centro de Investigaciones Biológicas (CSIC).
Para entrar en la célula e infectarla, el virus del SIDA necesita introducir en la membrana el extremo de una proteína denominada gp41. Lo que hace el VIR-576 es adherirse al extremo de esta proteína e impedir que entre en contacto con la membrana de la célula. “El fármaco envuelve la punta de una especie de arpón que el virus clava en la célula que va a infectar. Como la punta del arpón no puede ser alterada por el virus, éste no puede encontrar fácilmente atajos para hacerse inmune a VIR-576 y pierde, por tanto, su capacidad de infectar”, aclara Giménez.
Los ensayos clínicos se llevaron a cabo en 18 pacientes infectados de VIH-1, que fueron tratados durante 10 días con tres dosis diferentes de VIR-576 al día. Según las pruebas, los pacientes con la dosis más alta vieron reducidos los niveles del virus en la sangre y toleraron bien el medicamento. Los pacientes apenas sufrieron efectos secundarios; únicamente hubo algunos casos de alergia en la piel, estreñimiento o dolor de cabeza.
El trabajo, según los investigadores, supone un avance, ya que el virus del SIDA está encontrando diversas vías para zafarse de la acción de los medicamentos que con más frecuencia se usan actualmente para tener controlados los niveles en sangre una vez infectado el organismo. Además, como el nuevo fármaco no necesita entrar en la célula para actuar frente al virus, se reducen los efectos secundarios para el paciente.
Hoy por hoy, el nuevo tratamiento resulta caro aún, su fabricación es muy laboriosa y debe ser administrado por vía intravenosa. Por ello, los investigadores trabajan ahora en la búsqueda de una molécula pequeña que imite el funcionamiento de VIR-576, pero que tenga la ventaja de administrarse oralmente.
Os dejo un vídeo en el que se entiende de una forma muy clara cómo actúa el VIR-576.
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