Un fármaco ideal contra el SIDA debería prevenir la infección
causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), tratar a los
pacientes ya infectados, e incluso eliminar todas las copias latentes
del virus en aquellas personas que padecen la etapa más avanzada de la
enfermedad. La meta es muy ambiciosa, pero unos científicos del
Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla, California, Estados
Unidos, han logrado dar un paso más hacia la creación de tal fármaco,
adaptando un poderoso sistema de defensa utilizado por muchas bacterias y
entrenando a esta maquinaria, comparable a unas tijeras, para reconocer
al virus del SIDA.
Cuando una copia del virus VIH entra furtivamente en una célula
humana, puede causar estragos. Se apodera de la maquinaria molecular de
la célula para hacer copias del material genético vírico y después
entierra esas copias en los propios genes de la célula. A partir de
aquí, la célula del anfitrión se convierte en una fábrica de virus VIH,
creando nuevas copias de él que se propagan por el cuerpo. Los fármacos
actuales para el VIH se centran en sabotear pasos individuales de este
ciclo de vida; algunos evitan que el virus se integre en el ADN de las
células, por ejemplo, mientras que otros intentan impedir que las
células afectadas produzcan más virus.
El problema con estos fármacos es que no eliminan las copias del
virus que están ocultas dentro del ADN de las células. Estas copias
pueden permanecer latentes durante años y activarse entonces de nuevo.
Los pacientes normalmente necesitan tomar los fármacos contra el VIH
cada día o cada semana durante el resto de su vida, debido precisamente a
que el virus permanece latente. Esto no constituye una solución
definitiva tras la cual uno pueda olvidarse de la enfermedad. Además,
esta clase de medicación es costosa, lo cual ha protagonizado no pocos
dramas en países donde la sanidad pública no está garantizada o es
precaria.
Para combatir este problema, el equipo de Juan Carlos Izpisúa
Belmonte y Hsin-Kai (Ken) Liao, del Laboratorio de Expresión de Genes
del citado instituto, se centró en un sistema de defensa molecular
llamado CRISPR que las bacterias utilizan para trocear ADN extraño
cortándolo por puntos específicos. Desde que, no hace mucho, se
descubrió esta habilidad del CRISPR, numerosos científicos han comenzado
a usar el CRISPR para editar genes. Pero Liao e Izpisúa Belmonte se
sintieron también intrigados por su capacidad defensiva y se preguntaron
si el CRISPR podría ser programado para cortar y destruir virus dentro
de células humanas.
CRISPR utiliza pedazos de material genético llamados ARNs guías para
dictar los cortes, así que los científicos desarrollaron ARNs guías que
se enlazaban a puntos concretos del virus VIH. Añadieron CRISPR, las
ARNs guías y otras moléculas necesarias para que funcione el sistema en
células inmunitarias que habían sido infectadas con VIH, y hallaron que
CRISPR cortó exitosamente por los puntos adecuados los genes del VIH,
inactivando al virus. Esto significó la eliminación completa del virus
en hasta el 72 por ciento de las células. CRISPR no solo cortó las
copias sueltas del virus a medida que comenzaban a infectar la célula,
sino que también hizo lo mismo con el VIH que estaba oculto y latente
dentro del ADN de las células.
Si bien otros grupos de investigación han tomado caminos similares a
la hora de utilizar el CRISPR sobre el VIH, el nuevo estudio muestra que
el método es efectivo contra virus VIH completos y activos, y no solo
contra versiones incompletas e inactivas del virus.
Actuación de CRISPR |
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