Se ha encontrado la primera evidencia de cambios estructurales en el cerebro de roedores y humanos con obesidad causada por la dieta. El hallazgo podría ayudar a explicar uno de los problemas más preocupantes del control del peso corporal.
La tendencia bien conocida a recobrar los kilos de más que se perdieron con el ejercicio físico y una dieta adecuada, es el mayor obstáculo para combatir con éxito a la obesidad.
El peso corporal es controlado por complejas interacciones entre hormonas y neuronas en una región del cerebro conocida como hipotálamo. Estas interacciones influyen en el apetito y en la ingesta de alimentos y, en la mayoría de las personas obesas, actúan de un modo pernicioso, que evita que la pérdida de peso sea permanente.
La tendencia bien conocida a recobrar los kilos de más que se perdieron con el ejercicio físico y una dieta adecuada, es el mayor obstáculo para combatir con éxito a la obesidad.
El peso corporal es controlado por complejas interacciones entre hormonas y neuronas en una región del cerebro conocida como hipotálamo. Estas interacciones influyen en el apetito y en la ingesta de alimentos y, en la mayoría de las personas obesas, actúan de un modo pernicioso, que evita que la pérdida de peso sea permanente.
Tal como señala el Dr. Michael W. Schwartz, profesor de medicina en la Universidad de Washington, y uno de los autores del nuevo estudio, se podría decir que los cuerpos de las personas obesas defienden biológicamente su elevado peso corporal. Los neuroendocrinólogos están investigando intensamente el mecanismo subyacente en este fenómeno.
Para explicar por qué el cuerpo se empeña a toda costa en mantener su exceso de peso, los investigadores de este campo han especulado sobre la existencia de cambios fundamentales en circuitos del cerebro que controlan el balance de energía. Lo descubierto por el equipo del Dr. Schwartz ofrece pruebas directas de ese cambio estructural en los humanos, así como en ratones y ratas.
Schwartz y sus colaboradores estudiaron los resultados de una dieta rica en grasas en el cerebro de ratas y ratones que fueron criados para se volvieran obesos mediante esta dieta. Los investigadores han encontrado evidencias de lesiones muy tempranas y persistentes en una parte específica del hipotálamo de estos animales. Usando escaneos del cerebro, también han hallado señales delatadoras de daños similares en la misma zona del cerebro en personas obesas.
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