Provocar una reacción del sistema inmune suficientemente fuerte para
que sean las propias células defensivas del organismo las que ataquen al
tumor. Ésa es la filosofía que se esconde detrás de las vacunas
terapéuticas contra el cáncer que se investigan en laboratorios de todo
el mundo. Una de ellas, con la firma del español Federico Sandoval,
acaba de demostrar su utilidad en ratones.
La novedad de esta terapia, como se puede leer esta semana en la revista 'Science Traslational Medicine',
radica en su peculiar vía de administración. En lugar de un pinchazo
subcutáneo, los investigadores del instituto de investigación Inserm de
París (Francia), la administraron por vía intranasal; es decir, con una
especie de inhalador.
Las mucosas de la nariz (igual que otros tejidos, como el ano o el
cuello del útero en la mujer) están equipadas con un fuerte arsenal
defensivo para proteger el organismo de la entrada de organismos
extraños y este
trabajo ha demostrado que esta vía de administración puede ser más efectiva que el pinchazo subcutáneo.
En un experimento realizado en ratones, Sandoval y su equipo
observaron que la vacuna intranasal lograba una mayor reducción del
tamaño del tumor en los animales, que además tenían una supervivencia
más prolongada que los ejemplares vacunados con un pinchazo. Además,
prosigue el especialista del Hospital Georges Pompidou de la capital
francesa, "encontramos diferencias a la hora de atraer células citotóxicas hasta la localización del tumor".
Las vacunas terapéuticas contra el cáncer buscan precisamente
estimular la respuesta de estas células T citotóxicas (también llamadas
linfocitos T CD8+), porque tienen la capacidad de reconocer y destruir
las células tumorales. Hasta ahora, las terapias más avanzadas de este
tipo están diseñadas contra el cáncer de próstata y el melanoma, aunque
en amos casos la vía de administración es la tradicional.
De momento, el ensayo se ha llevado a cabo únicamente en ratones
con tumores de pulmón y cabeza y cuello, aunque Sandoval no descarta
que en el futuro se puedan investigar otras alternativas: "Se podría
utilizar la vía rectal como vía de administración contra tumores a nivel
de colon y recto; o también para activar una respuesta local en la
mucosa genital [femenina]".
Respecto a la posibilidad de trasladar estas observaciones a humanos,
el especialista español también es cauto; "aún quedan etapas
importantes en el desarrollo de una vacuna de este tipo antes de pensar
en su uso en humanos", admite. Sin embargo, el hecho de que ya exista en
la actualidad una vacuna contra la gripe que se administra por vía
nasal, podría facilitar este camino en el futuro.
Los investigadores tampoco observaron efectos secundarios destacables;
algo importante en esta vía de administración porque, como admite
Sandoval, "existe riesgo de toxicidad a nivel del sistema nervioso
central".
Fuente: El Mundo
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