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viernes, 11 de diciembre de 2015

¿POR QUÉ LOS ELEFANTES TIENEN POCOS CÁNCERES?

Esta es la pregunta que se han hecho los científicos durante décadas. Ahora, un estudio de las universidades estadounidenses de Utah y Arizona, en colaboración con investigadores del Centro Ringling Bros para la Conservación de Elefantes, parece haber encontrado la repuesta.
Según los resultados, publicados en la revista JAMA, los elefantes tienen 38 copias modificadas adicionales (alelos) del gen que codifica la proteína p53 –conocida por su función como inhibidora de tumores– en comparación con los humanos, que solo tienen dos. Por ello, los paquidermos podrían tener un mecanismo más sólido para matar las células dañadas que están en riesgo de convertirse en cancerosas.
En las células de elefante estudiadas, la actividad de este mecanismo se duplicó en comparación con las células humanas sanas y fue cinco veces mayor que las células de los pacientes con síndrome de Li-Fraumeni. Estas personas tienen solo tiene una copia funcional de p53 y están expuestas a un riesgo de padecer tumores durante su vida de más del 90% en niños y adultos. El trabajo indica que la p53 adicional podría explicar una mayor resistencia de los elefantes al cáncer.
"La naturaleza ya ha descubierto la manera de prevenir el cáncer. A nosotros nos toca estudiar la forma en la que la biología de diferentes animales se enfrenta al problema y así adaptar esas estrategias para prevenir la formación de tumores en humanos", dice Joshua Schiffman, oncólogo pediátrico en el Instituto Huntsman del Cáncer de la Universidad de Utah y coautor del trabajo.
Según Schiffman, los elefantes han sido considerados un enigma andante. Al tener 100 veces más células que las personas, deberían también contar con 100 veces más probabilidades de desarrollar cáncer a lo largo de una vida que dura entre 50 y 70 años. Sin embargo, no es así, tal y como demuestra este estudio. El análisis de una gran base de datos estima una tasa de mortalidad del cáncer de menos de 5%, comparado con entre el 11% y 25% de las personas.
Buscando una explicación, los científicos rastrearon el genoma del elefante africano y encontraron al menos 40 copias de genes que codifican la p53. Los análisis de ADN han dado pistas sobre por qué los elefantes tienen tantas copias. La gran mayoría (38 de ellos) son los llamados retrogenes: copias modificadas y duplicadas que se han batido con el tiempo evolutivo.
El equipo de Schiffman colaboró con el Zoo Hogle de Utah y el Centro Ringling Bros para la Conservación de Elefantes para probar si las copias extra de genes son las que protegen a los elefantes del cáncer. Extrajeron los glóbulos blancos de muestras de sangre de los animales que se obtienen en los controles sanitarios rutinarios y sometieron a las células a tratamientos que dañan el ADN, que funciona como un disparador de cáncer. Las células reaccionaron al daño con una respuesta típica producida por la p53: se suicidaron.
“Si se mata a la célula dañada ya no puede convertirse en tumor. Esta fórmula puede ser más efectiva para prevenir el cáncer que tratar de detener la división de una célula mutada que no será capaz de repararse totalmente a sí misma”, dice Schiffman.
En contraposición a lo que sucede con los elefantes, los pacientes con el síndrome de Li-Fraumeni heredado tienen sólo una copia activa de p53, lo que les deja totalmente desprotegidos frente a los tumores. Por ello, el equipo quiso demostrar que el incremento de p53 es lo que realmente protege a los elefantes contra el cáncer.
Para probarlo, hicieron una comparación de células aisladas de los elefantes con las de humanos sanos y también de pacientes con Li-Fraumeni. Encontraron que las células de elefante expuestas a radiación se autodestruyeron con una tasa dos veces superior a la de las células humanas sanas y más de cinco veces más que las de personas con Li-Fraumeni  “Nuestros hallazgos apoyan la idea de que más p53 ofrece protección contra el cáncer”, destaca el investigador.
“Por lógica, los elefantes deberían estar desarrollando una enorme cantidad de tumores y estar extinguidos a estas alturas, debido al riesgo de padecer cáncer. Creemos que su producción de p53 es la manera natural que tiene esta especie para mantenerse con vida”, concluye. 

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